viernes, 23 de julio de 2021

El Cajón de Telly Chavalas

CÓMO CONOCÍ A LOS DIRE STRAITS

Sí, he copiado un poco el título de una serie. A ver, alguno pensará que me presentaron en persona a Mark Knopfler y sus muchachos. No me refiero a eso, claro. En realidad hablo de cuándo los descubrí, pero hablar de descubrimiento cuando es otra persona la que te los ha recomendado no es demasiado correcto. Bueno, que me lío. Fue hace mucho tiempo, cuando no existía Skynet y los dinosaurios andaban por la tierra. Bueno, en realidad eran unos señores japoneses muy educados con un traje de lagarto hecho de goma. Ea, ya me he liado otra vez, me voy más por las ramas que la mona Chita. Total, que era en la época de la EGB y una clase se dirigía a la sierra a pasar el día. De comer, paella y para acompañarla sangría. Era más o menos a finales de los ochenta. En el autobús había un montón de jovenzuelos haciendo el animal y unas jóvenes viéndolas venir y comprobando lo cavernícolas que pueden ser algunos. Total que mi amigo Carlos, apodado cruelmente por la clase como “el Gordo” se volvió en su asiento y me pasó un Walkman para que escuchara una canción. Un Walkman era un reproductor portátil de casetes de música, aclaración para los que nacieron después de Skynet. Total que me pongo la canción que me dice él y comienzo a flipar. La canción era “Money for nothing” y el disco (o más bien, casete) “Brothers in Arms” de los Dire Straits. El solo de guitarra de la canción me dejó flipado, la verdad. Creo que incluso conseguimos que a la vuelta el conductor del autobús lo pusiera en su radiocasete para que lo escuchara toda la clase. El amigo Carlos era un gran tipo. Se llevaba bien con todo el mundo, incluso con la élite de la clase, los que sacaban buenas notas y eran favorecidos por los profesores. Yo era más bien de la sección de los “raspas”, de los que se quedaban castigados el viernes haciendo castillos (cosas de matemáticas y otras brujerías similares) mientras el resto tenían la tarde libre para hacer el moñas. Aun así, Carlos me invitaba a sus cumpleaños y todo, aunque fueran algunos de la “élite” a ellos. Creo que es porque como yo empezaba a tener también algo de tonelaje siempre nos quedábamos al final cuando nos hacían dar la vuelta corriendo al colegio en la clase de “Educación Física”. “¿Qué cojones de educación es ésta?” solía preguntarme yo cuando íbamos corriendo, sudando como pollos y bufando como dos hipopótamos moribundos. La gordura es que une mucho. Así que gracias al colega Carlos conocí a los Dire Straits y comencé a seguirles la pista. Y cuando el grupo se desbandó en 1995 seguí al amigo Mark Knopfler que tiene algunos discos muy buenos en solitario como “Golden Hart”, “Sailing to Philadelphia”, “Shangri-La” o “Get Lucky”. Incluso se llegó a encargar de la banda sonora de la película “Un tipo genial” (1983) de Bill Forsyth. Así que si no los han escuchado prueben a ver si les gusta. Ya les digo que merecen mucho la pena. Ea, hasta otra y cuídense.

TELLY CHAVALAS





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