viernes, 26 de julio de 2024

El Cajón de Telly Chavalas

MÚSICA PARA VIÑETAS TERRORÍFICAS

Uno de los discos que me encontré hace un par de semanas mientras intentaba unificar los de Eric Clapton, que estaban cada uno por un lado fue éste grandes éxitos que les traigo hoy del amigo Bob Dylan titulado “The Best of Bob Dylan Volume 2” que se publicó en noviembre del año 2000. Bueno, menos en los Estados Unidos donde no llegó a venderse. El primer volumen había aparecido tres años antes y supongo que su éxito propició ésta “secuela”. Yo lo debí comprar de oferta ya que trae una pegatina roja con el lema “nice price” que se podría traducir como “precio guay” supongo. Como ya es uno viejuno tiene que estar mirando constantemente las fechas y tras comprobar en Skynet que el mítico Madrid Rock echó el cierre en un aciago y tenebroso día del año 2005 estoy casi seguro de que éste disco lo compré en uno de mis safaris musicales por sus cajones de discos compactos en oferta y siguiendo mi estrategia habitual de hacerme con grandes éxitos de músicos y grupos de los que no tengo demasiado material. O lo tenía allá por el año 2000. Ahora tengo algún disco más del amigo Dylan como por ejemplo el que llevó a cabo para la película “Pat Garrett y Billy el Niño” (1973) de Sam Peckinpah en la que también interpreta el papel de Alias. Este segundo volumen de sus mejores canciones trae auténticas joyas de su trayectoria musical como “Things Have Changed”, “Subterranean Homesick Blues”, “Positively 4th Street”, “Hurricane”, “Changing of the Guards”, “Silvio”, “Dignity” y la mejor de todas “Simple Twist of Fate” de seguro una de mis canciones favoritas del músico y probablemente una de las mejores de su carrera, a mi modesto entender, claro. Es imposible escucharla una sola vez. Después de leer su letra ya no me extraña que le concedieran el Premio Nobel de literatura la verdad. Recuerdo haber triunfado al llevar éste disco a una fiesta en casa de una amiga allá por el año 2002. Naturalmente no le perdí ojo al disco compacto ni muerto. Ya saben lo que pasa en las fiestas, que hay mucho listo que se aprovecha del viejo dicho “lo que hay en España es de los españoles”. Así que tuve mucho cuidado y en cuanto pude le eché las urpas encima y lo devolví al bolsillo de mi abrigo. No sé, me dio la impresión de que el que estaba pinchando las canciones le estaba poniendo ojitos. Y a mí se me pusieron los de Sméagol cuando miraba el Daño de Isildur. Y esa noche volví a casa contento porque el amigo Bob venía conmigo. Que luego ya sabemos lo que pasa. Reconozco que soy un poco rata y que debería pensar que las cosas no son importantes. Bueno, quizá no lo sean, pero me gusta tenerlas. Sobre todo si me han costado dinero. Además, por “Simple Twist of Fate” podría hasta hacer un viajecito complicado al Orodruin guiando a dos “hobbitses” gilipollas y acariciando mi Disco Compacto mientras susurro con voz queda “mi tesssooooro”. Cuando le daba más que ahora a eso del dibujo a veces guardaba discos que me ponía pocas veces porque la música era tan buena que los reservaba cuando le dedicaba horas al lápiz y papel. Ahora ya no hago esas cosas, y procuro apurar hasta el final de todo, pero recuerdo que en aquella época lo hacía y que éste era uno de esos que atesoraba y ponía poco para no “gastarlo”. La chica de la fiesta debía de gustarme mucho para poner en peligro uno de esos discos. Cosas de jovenzuelos. En cualquier caso es un disco de esos que se pueden poner en bucle y tiene pocas canciones en las que te den ganas de saltarte alguna canción. Todas tienen su aquél. Y lo mismo sirve para andar que para leer. De hecho yo lo he estado escuchando esta semana mientras disfrutaba del libro “Viñetas Infernales. Cien años de cómic de terror” de Pedro Porcel, un repaso exhaustivo y ameno a los cómics del género publicados en España desde hace un siglo. He aprendido mucho sobre ellos y ahora puedo decir que respeto más al Inspector Dan aunque con la parte que más he disfrutado es la que yo viví con títulos como “Vampus”, “Dosier Negro”, “Creepy” o “Rufus”. Ya saben, las típicas revistas con historietas de terror en blanco y negro con final sorpresivo publicadas en los Estados Unidos por la editorial Warren y herederas directas de los magistrales cómics del género publicados por la E.C. Comics. Muchas veces he pensado en el rumbo que podría haber tomado el cómic americano hacia pastos más “adultos” si el imbécil de Fredric Wertham no hubiera desencadenado una caza de brujas contra ellos en los años cincuenta. Pero siempre hay un idiota dispuesto a venir a joder la marrana. El ser humano es así de torpe. Ea, no olviden supervitaminarse y mineralizarse. Y un consejo, no lleven discos a las fiestas, que luego desaparecen…

TELLY CHAVALAS



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