viernes, 23 de agosto de 2024

Descubriendo a... Organización de los sonidos: La grafía y la partitura


 La semana pasada terminé con una breve historia de la notación musical y creo que es buena idea seguir con las grafías. 

Llamamos grafía a la escritura musical y debe quedar claro que se trata de un lenguaje universal que no debe encajar demasiada complicación, dependiendo de cómo uno lo aborde. Lo que es cierto es que aglutina una gran cantidad de información en un espacio muy pequeño. 

La escritura que recoge el pentagrama se puede entender como un eje de abscisas (horizontales) y ordenadas (verticales). El eje horizontal representa el tiempo y el vertical la altura. Es de esta manera porque el pentagrama se reduce a dos tipos de signos distintos: figuras y notas. 

Las figuras se precisan por la grafía de las notas (blancas, negras, etc.)

Las notas se definen por el lugar que ocupan en el pentagrama.

No olvidemos que la música es un arte que se desarrolla en función del tiempo y eso debe quedar reflejado en la escritura. 

En el siglo XVI se agregó un elemento más a este sistema de escritura: el compás. 

El compás es una división de la música que facilita la lectura y la interpretación de la misma. Está íntimamente relacionado con el concepto de ritmo. Los ritmos más normales son los de dos, tres o cuatro negras por compás, dependiendo de donde se ubiquen los tiempos fuertes o acentos. 

Tenemos un ejemplo claro de ritmo de tres (ternario) en el vals, en el que resulta fácil exagerar el acento en el primer tiempo, que es el que lleva el acento fuerte. El ejemplo de dos tiempos puede ser el del paso doble. Luego tenemos el de cuatro tiempos, que podemos aplicarlo a la mayoría de música pop. 

Pasemos a hablar de la partitura, que informa sobre el ritmo (figuras y compases), melodía (notas musicales), tempo, dinámica y tonalidad. 

El tempo o velocidad de interpretación está marcado al comienzo de la obra por una indicación referente al número de figuras por minuto que debe hacer. Es velocidad se marca con un aparato llamado metrónomo.

También puede anotarse de una manera menos exacta, con la tradicional clasificación italiana de tempos: presto, allegro, moderato, andante, adagio o largo.

Esta notación, al ser menos exacta, puede llevar a errores, por lo que no nos interesa. Es un problema a la hora de interpretar música clásica. No hay forma de determinar la velocidad original que tenía el músico en mente cuando compuso la obra. Tampoco debemos tomar, por ejemplo, el tempo de andante como algo fijo, ya que eso significa ‘’ andar ‘’ y no hay una velocidad determinada para ello. Nos quedamos con el metrónomo, que lo tenemos desde el siglo XVIII y desde entonces podemos conocer con exactitud los tempos de las obras musicales. 

Tenemos también la dinámica que es la variación de intensidades que hay durante una obra musical. Se expresa también por términos italianos en una escala que va desde el muy suave o pianísimo a muy fuerte o fortíssimo. Si nos encontramos con el término crescendo, eso significará que hay un aumento en la intensidad. 

Por último, os hablaré de la clave, que es otro elemento importante del pentagrama. La clave, que podemos encontrar al principio de cada pentagrama, indica el registro en el que debe interpretarse la música escrita. 

Ya que tanto las voces como los distintos instrumentos musicales cubren diferentes registros, cada instrumento tiene sus partituras escritas en la clave que corresponde a su registro. 

De este modo, la mitad izquierda de un piano corresponderá a las notas más graves y estará en clave de fa, mientras que la parte derecha tiene las más agudas y está en clave de sol. 

Todos estos elementos combinados gracias al pentagrama son los que forman la partitura de una obra musical, del mismo modo que las letras conforman una obra literaria. 

La semana que viene nos vemos con más temas de este estilo. Me alegra poder darle otra salida al estudio. Espero que no sean tan plomizo como pueda parecer. A mí me parece bonito y me esperanza que también os lo parezca a vosotros. 

Daniel



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