viernes, 8 de noviembre de 2024

El Cajón de Telly Chavalas

MÚSICA PARA PERDEDORES SECRETOS


Estoy un poco pesado últimamente con la serie “Penguin” de HBO Max pero es normal viendo el tonelaje que desplazo. Le doy la brasa a la familia con ella. A los amigos, a los conocidos, a los vecinos e incluso a los que me sufren en la red social X conocida anteriormente como Twitter. Hay gente que no ha visto “The Batman” y el primer capítulo de la serie empieza con un destripe del final de la película, que además dura cerca de tres horas así que es normal que una persona medianamente entretenida en trabajos, tareas y demás mierdas normis que los frikis tenemos que soportar para sobrevivir no tenga tiempo de ponerse al día. El prota de la serie se llama Oswald pero todo el mundo le llama “Oz”. Y yo cada vez que escucho “Oz” no me acuerdo del mago sino de Ozzy Osbourne, gran cantante y mejor devorador de murciélagos. De hecho ahora que caigo no sé cómo no han hecho un crossover de él con Batman. Así que esta semana les voy a recomendar dos discos del amigo Ozzy. Probablemente ya les habré dado la brasa con ellos anteriormente pero ya saben que yo soy del club del amigo Ozzy desde “No Rest for the Wicked”.


El primero se titula “The Ultimate Sin”. Es el cuarto álbum de la carrera en solitario del cantante británico después de que le dieran la patada los de Black Sabbath y se publicó en enero de 1986. Cuenta con una magnífica portada de Boris Vallejo que en la edición que yo tengo algún mangarrián diseñador ha decidido empequeñecer. Eso le hace merecedor de que Cthulhu se lleve su alma o por lo menos de que Nyarlathotep, el caos reptante le haga una visita. Semejante herejía no se ha visto. En un principio el álbum debía titularse “Killer of Giants” haciendo referencia a una de las canciones que contiene pero en el último minuto le dio al amigo Ozzy por cambiarlo por el definitivo. A pesar de ser un álbum que contó con muchos problemas en su creación a causa de sustituciones de última hora de unos músicos por otros y polémicas debido a la autoría de las canciones o de las melodías del bajo al final está bastante bien. Ninguno de esos contratiempos se acaba reflejando en el producto final, lo cual ya es un gran logro. Sobre todo si tenemos en cuenta que el año anterior a su producción Ozzy acababa de salir de una clínica de desintoxicación debido a sus problemas con las sustancias. Un colega de la facultad decía que el problema de las drogas era el precio. En fin, chascarrillos de jóvenes descerebrados a parte es un disco bastante bueno con grandes canciones como “Secret Loser”, “Thank God for the Bomb”, “Fool Like You” o “Shot in the Dark”.


El segundo disco del amigo Ozzy que les traigo hoy es el titulado “Ozzmosis” que tiene una portada bastante más fea a mi cavernícola entender. Donde estén los pinceles de un artista que se quite el “fotochoped”. Pero ¿qué sabré yo? A parte de lo que me gusta y lo que no, que eso lo se muy bien, no se crean. Es el séptimo álbum de su carrera y se publicó en octubre de 1995. En los noventa, esa década denostada por algunos entendidos del cómic que no pierden un segundo en arremeter contra ella. Y, francamente, creo que la época actual es muchísimo peor. Menudas mierdas de cómics nos comemos en la actualidad. Y claro para justificar semejante basura tenemos que tirar por tierra una década que analizada con cuidado no fue tan mala como nos dicen. Hubo grandes títulos. En fin, será que últimamente estoy leyendo mucho cómic de Image y Wildstorm y me está afectando, supongo. De hecho ayer me dio una alegría encontrarme con un cómic de Walt Simonson para la colección “Cyberforce”. Ese no tuve que buscarlo tanto, sabía que los tenía con los cómics protagonizados por Cable. Estoy intentando juntar todo el material que tengo de ese tipo para poder disfrutarlo de nuevo. Y nada mejor que la música de Ozzy para leer esos cómics. Volviendo al amigo Ozzy y su séptimo disco tuvimos mucha suerte en tenerlo ya que después del anterior “No More Tears” de 1991 le dio un siroco y anunció que se retiraba de la música. Menos mal que se le pasó porque el álbum tiene grandes canciones como “Perry Mason” (homenaje al gran abogado creado por Erle Stanley Gardner), “I Just Want You” (un temazo), “Ghost Behind My Eyes” o “Thunder Underground” aunque al igual que el disco anterior se puede disfrutar del tirón y en bucle mientras disfrutas de cómics creados en ésa oscura y tenebrosa era de los noventa. De verdad que a veces cuesta mucho no mandar a la gente lejos, muy lejos. Yo no les mandaré por ahí, sino a que se supervitaminen y se mineralicen para protegerse de ésta realidad gris. Ea, a disfrutar lo que les dejen. Y viva el Pingüino, que siempre se lleva su parte. Les recomiendo que hagan lo mismo.


TELLY CHAVALAS 



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