viernes, 13 de octubre de 2023

Descubriendo a... James Horner

Un buen día me desperté con ganas de hablar de James Horner y recordé que tengo este forillo para hacerlo. No es mi intención remover la tierra de su tumba ni para bien ni para mal, pero como hijo de John Williams y gran ejemplo de la música de los 80 y 90, creo que conviene darle una vuelta a su contribución. 
Mi primer contacto con Horner fue a través de la película ‘’ Braveheart ‘’, película que consideraba la mejor de la historia en un momento en que no sabía ni en qué lado de la cama mearme. Pero los referentes, al igual que las influencias, no los escogemos, los padecemos. Yo padecí a James Horner podría un buen título para este artículo. Y hasta ‘’ padecer ‘’ puede sonar fuerte e injusto teniendo en cuenta la cantidad de experiencias gozosas con las que relaciono a este señor. Así que, cuando yo padecí a Horner en Braveheart y escuché un tema titulado ‘’ A gift of a thistle ‘’, pensé que la cosa no podría mejorar ni en un millón de años. 
¿Cómo algo tan bonito podría ser superado? No iba a pasar y, por supuesto, pasó. Pero no fue superado por otro tema más bonito, fue superado por sí mismo. Los años fueron pasando y me crucé con el anime ‘’ InuYasha ‘’ y al rebuscar en su banda sonora, encontré un tema titulado ‘’ Kagome´s theme ‘’ y, sorpresa, sonaba muy similar al tema de ‘’ Braveheart ‘’ de James Horner. Tal vez fue por mi naturaleza prejuiciosa de entonces, pero mi primer impulso fue acusar a James Horner de plagio y que, como poco, debían lapidarlo en la plaza del pueblo. Años más tarde, cuando mi rabia remitió (ya ves tú…) me enteré de que si, alguien probablemente se había inspirado en otros, pero no era quien yo pensaba, ya que ‘’ InuYasha ‘’ es del 96 y ‘’ Braveheart ‘’ del 94. Puede que nadie se haya inspirado sin escrúpulos, pero sonar de forma muy similar siguen sonando. ¡Y de esa burra no me bajo!
En cualquier caso, James Horner se me fue presentando como un compositor muy capaz en cada cosa que le escuchaba. Consideré una pequeña cima su trabajo en la gran ‘’ Aliens: El regreso ‘’ y en sus campanazos de ‘’ El nombre de la rosa ‘’, sintiendo que el gran distintivo de calidad en un compositor era precisamente eso, que se distinguiera. Pasó el tiempo y me enteré de que seguía una corriente y que a lo que de verdad estaba jugando es a ser John Williams, algo que se paga severamente porque esa cima sí que no se puede alcanzar. No hace de él un compositor menos capaz, como no lo es Alan Silvestri, otro de los hijos bastardos de John Williams. A veces, en la historia del cine, surgen figuras de tal importancia que marcan la época en la que viven. Eso despierta un interés en otros por intentar unirse a ese signo de los tiempos y replicar un porcentaje del talento que está brillando. No tiene nada de malo, pero no suele funcionar. 
Y hablamos de Horner que tuvo una carrera exitosa y prolífica hasta el momento de su muerte en el que dejó un último trabajo para el remake de ‘’ Los siete magníficos ‘’ (hablando de querer llegar y no poder…)
Por citar algunas de sus obras, podemos encontrarle en ‘’ Casper ‘’ con su ‘’ One last wish ‘’ que definió a los moñas de toda una década cuando intentaban abordar el romance adolescente. Precioso tema, horrible y empalagoso enfoque. Y ya que estoy con los moñas, ¿cómo voy a dejar pasar ‘’ Titanic ‘’? Esa cumbre de sinsentido romántico en un barquito que tarda 17 años en hundirse. En fin, que también se puede encontrar música muy bonita y muy parecida entre sí, por lo que voy a destacar el ‘’ Hymn to the sea ‘’ y a saltar por la borda antes de que Kate Winslet me encuentre. 
Eso era por mencionar algunas, pero creo que si la gente se queda con una es con su banda sonora de ‘’ Avatar ‘’. Ese sí me parece un trabajo más inspirado y que comulga mejor con lo que se está viendo en pantalla. En esta película, Horner parece ampliar su rango de posibilidades y nos regala, en mi opinión, algo más que memorable. 
Poco después de su muerte aproveché para escuchar todo lo que pude encontrar de él y fue un camino en el que encontré grandes y pequeñas joyas. No solía defraudar del todo y, aunque no fuera el talento más grande, era de los más reconocibles. Le reconozco y le echo de menos. Creo que hablo por todos cuando digo que lamentamos su prematura muerte.

Daniel



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