jueves, 24 de agosto de 2023

Descubriendo a... Los Beatles

Como clímax para su documental, "Let It Be", los Beatles dejaron a todos en ascuas con un anuncio que pilló a todos con la guardia baja. Planeaban llevar a cabo un último concierto en público. Después de muchas deliberaciones, discusiones y visiones que acababan de cuajar, el legendario cuarteto estaba listo para regalar al mundo un último acto que quedaría grabado en la historia de la música.
Paul McCartney tenía en mente un espacio evocador como el emblemático Cavern Club en Liverpool, mientras que John Lennon sugirió una experiencia de grabación en el corazón de África. Ringo Starr, por su parte, prefirió mantenerse fiel a Londres, mientras que George Harrison se opuso a estas ideas, buscando un enfoque diferente.
Sin embargo, como en cualquier gran historia, llega un momento de reconciliación. Los cuatro llegaron a un acuerdo: se pondrían en el último piso de un edificio emblemático, el número 3 de Savile Row, cerca de la famosa Piccadilly Circus. Curiosamente, este edificio también tenía las oficinas de su sello discográfico, Apple Records. Para la ocasión, les acompañó el talentoso teclista Billy Preston.
La tarde fue cayendo, y en un giro que tomó a todo el mundo por sorpresa, los cuatro miembros de los Beatles suben al escenario juntos en el que sería su primer concierto conjunto desde agosto de 1966. Las cámaras, dirigidas por el aclamado cineasta Michael Lindsay-Hogg, capturan cada momento de este evento. Durante cuarenta y dos minutos que parecen un sueño hecho realidad, la banda ofreció una lista de canciones que mezcla lo antiguo y lo nuevo: "Get Back", seguida de una repetición de esta energética canción, "Don’t Let Me Down", "I’ve Got A Feeling", "One After 909" y "Dig A Pony". Pero como un regalo inesperado para la multitud, los Beatles improvisan una versión única del himno "God Save The Queen" y repiten "I’ve Got A Feeling", "Don’t Let Me Down" y "Get Back" una vez más, dejando a todos atónitos.
El poderoso sonido de los Beatles no pasó desapercibido. Pronto, una multitud se forma, atraída por la música que resuena en el aire. Sin embargo, en pleno meollo, la policia inglesa interviene, como si quisiera poner fin a este último y grandioso acto. Un señor llamado Ken Wharfe, en nombre de la autoridad, sube al escenario y lanza una advertencia firme a los Beatles, recordándoles que ha llegado el momento de dejar de hacer lo que estaban haciendo. Las altas esferas de Scotland Yard dieron órdenes claras a Wharfe para que "pusiera fin a ese horrendo ruido".
En un momento de máxima emoción, John Lennon cogió el micrófono al final del concierto, agradeciendo a la multitud: "Gracias a todos". Luego añade con una sonrisa: "Esperamos haber pasado la prueba".
Este concierto en la azotea no solo marcó el cierre de un capítulo en la historia musical, sino que también sirve como un tributo más al magnetismo que los cuatro escarabajos tuvieron en su época. 

Daniel



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