MÚSICA PARA LOS HIJOS DE LOS MALDITOS
Ea, pues otro año ya ha llegado el maldito verano y con él el calor. Que sí, que hay viajes, playitas, vacaciones, piscinas, eurocopas, helados, chiringuitos, lo que ustedes quieran. Pero a medida que me voy haciendo viejo voy pillándole cada vez más tirria al estío de los cojones. Y para combatir a semejante enemigo cruel y despiadado sólo tengo mis armas habituales, a saber: libros, series, cómics, discos y películas. Y el ventilador, claro, mi gran aliado. Esta semana, para luchar contra el calor he aprovechado la hora de la siesta para hacerme un programa doble de dos películas inglesas de ciencia ficción. Bueno para algunos serán de terror. Para los jóvenes aclaro que “programa doble” se llamaba a cuando en un cine de barrio proyectaban dos películas. No sé, quizá ya soy demasiado viejo para que algunos me entiendan y por eso lo explico. Por si acaso. El programa doble en cuestión estaba formado por “El pueblo de los malditos” (1960) de Wolf Rilla protagonizada por George Sanders, Barbara Shelley y Martin Stephens y por su segunda parte “Los hijos de los malditos” (1964) dirigida por Anton Leader y protagonizada por Ian Hendry, Alan Badel y Barbara Ferris. Ya está el Telly hablando de cualquier cosa menos de música en su columna. No tiene arreglo, pensarán algunos. Pues no. Se equivocan, porque ésta segunda película tiene mucho que ver con el grupo de rock británico Iron Maiden. En su tercer álbum, titulado “The Number of the Beast” y publicado en 1982 incluyeron una canción titulada precisamente “Children of the Damned” título original de “Los hijos de los malditos”. La canción es un homenaje a la película aunque en una entrevista Bruce Dickinson que también se habían inspirado en la canción de Black Sabbath “Children of the Sea” del álbum “Heaven and Hell”. Pero teniendo en cuenta la afición del grupo por el cine fantástico seguro que las adaptaciones cinematográficas de la novela de John Wyndham también pasaron por su mente. De hecho, en la letra habla de un personaje que anda como un niño y que puede quemarte con su mirada dorada. Cualquiera que haya visto las películas sabe de qué están hablando. En 1995 John Carpenter llevó a cabo un remake de “El pueblo de los malditos” un poco más salvaje protagonizado por el gran Christopher Reeve, el mejor Superman que ha dado la pantalla grande. Si tienen curiosidad ambas películas están en MoviStar y es curioso porque la segunda, “Los hijos de los malditos” no es en realidad una secuela sino más bien una nueva versión contada de forma diferente a pesar de lo cual está bastante entretenida. Desde que he visto el título ha estado rebotando la canción de Iron Maiden por mi cerebro. Y es que Bruce Dickinson llevó a cabo un gran trabajo en su primera colaboración con el grupo y en canciones como “Children of the Damned”, “The Prisoner” o “Run to the Hills” realizando un magnífico trabajo. Pero bueno, ya saben ustedes que yo siempre he sido muy parcial y el Iron Maiden que más me gusta siempre es el que tiene a Bruce Dickinson como vocalista. Échenle la culpa a “Piece of Mind”. Aunque la portada del disco se inspira en realidad en un cómic de El doctor Extraño y la letra de “The Number of the Beast” tiene poco que ver con el satanismo fue precisamente de esto de lo que se acusó al grupo en los Estados Unidos por parte de un grupo de conservadores que incluso llevaron a cabo destrucciones del disco. En principio pensaron en quemarlos, pero algunos grupos temían verse “contaminados” por los humos que desprendería el disco y decidieron romperlos a base de martillos. Ya saben, como cuando se liaron a quemar cómics de terror de la E.C. El ser humano, siempre pillando el rábano por las hojas. No tenemos remedio. Pero hombre, si al demonio de la portada le pusieron la cara de Salvador Dalí para hacer la gracia. Supongo que el “humor inglés” no todo el mundo lo pilla. Debe de ser como el manchego. Ea pues me voy a seguir combatiendo contra el verano, el calor, la sed, la gente dando portazos en el coche a las seis de la mañana y todas esas lindezas que nos trae el mamón del estío. Ya saben, no olviden supervitaminarse y mineralizarse. Y si ven un niño de pelo plateado mirándolos fijamente pasen de él y salgan corriendo. Son chungos, créanme.
TELLY CHAVALAS
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