1: Impera (Ghost)
El quinto álbum de estudio de la banda sueca nos llegó en marzo y sigue siendo un imprescindible de la rueda musical con la que caliento dedos para darle a la tecla cuando escribo mis artículos. Enormes. Sólidos. Elegantes e impecables. Gozo en 12 canciones. Si esto no te levanta el ánimo es que estás muy jodido.
2: For Those That Wish To Exist At Abbey Road (Architects)
Reencuentro de la banda con su mayor éxito con el añadido de la grabación en el mítico estudio de Abbey Road, Londres en una nueva versión que se gana a pulso el calificativo de épica.
3: The End, So Far (Slipknot)
La nostalgia de los Deep Purple se me disparó escuchando el primer tema antes de verme atrapado en otro refrescante viaje de tambores en lo profundo. Cada canción es un himno para recordarme que sigo vivo y saludablemente cabreado. El otro día un seguidor me soltó por Twitter que le habían dicho que escuchar Slipknot era como oír reguetón. Ya le he mandado un Inquisidor Imperial de Warhammer 40.000.
4: Erebos (Venom Prison)
El cuarto álbum de los galeses les pone al frente del death metal del año con un paseo por la mitología en el que le meten la suya y la del pulpo a esta realidad de escombros mentales y morales en la que vivimos. Brutal y con contenido, un cóctel explosivo difícil de rechazar. Y la portada es mi favorita del año.
5: Of Kingdom and Crown (Machine Head)
Una colección de himnos para aguantar las gilipolleces de cualquier semana torcida o en todo caso sobrevivir a los momentos más absurdos de la vida mientras escuchas imprescindibles del año como No
Gods, No Masters, tema recomendado para pedirle a tu jefe unos días libres o aumento de sueldo, por ejemplo.
6: Zeit (Rammstein)
Necesitaba otro festín de los germanos navegando en las procelosas aguas de lo más brutal para ponernos las pilas y quitarnos toda la tontería a base de collejas refrescantes y renovadoras. El tema que da título al álbum es la mejor balada para meterte en problemas cualquier día de la semana, en plan tranquilito, chavalote, que las cosas están muy chungas.
7: Requiem (Korn)
Un bienvenido descansito de los experimentos para darnos un tratamiento de choque de Korn puro y duro sin andamios exploratorios lejos de sus ingredientes básicos de toda la vida. Seguro que algunos les critican soltando el tópico comentario de que están estancados por volver al territorio que dominan y en el que son reyes en lugar de buscar alternativas o sorpresas. Yo les aplaudo. Deliciosamente previsibles y por ello aún más disfrutables.
8: Rashomon (IBARAKI)
Que la épica no decaiga en el final de la lista con este viaje que aporta una descarga de metralla black metal con alternancia de pasajes orquestales y sintetizadores que trabajan la alternancia de lo melódico y lo desgarrador y permiten al líder de Trivium, Matt Heafy, lucir nuevamente su fascinación por Japón reclutando para su IBARAKI a socios de fuste como el líder de Behemoth, Nergal, Vegard Sverre Tveitan, alias Isahn, de Emperor y Gerard Way, de My Chemical Romance.
9: The Sick, The Dying… and the Dead! (Megadeth)
Siete años esperando nuevo álbum de esta banda de thrash metal que me ha acompañado bastante tiempo como para que sean casi de la familia y tenga sus temas rebotando por las paredes de la Payancueva con frecuencia mientras trabajo es mucho tiempo, pero la espera ha merecido la pena. Una andanada de catorce temas sin fisuras, cortina de fuego iracundo contra un mundo que sigue siendo el mismo puzle absurdo al que le dan la suya y la del pulpo en todos sus álbumes, aunque tengo mis favoritos como el que da título al álbum, el trepidante Life in Hell, el embalado Nigh Stalkers y el perturbador, dentro de una colección de temas como siempre satisfactoriamente perturbadores, Dogs of Chernobyl, piden paso a sus compañeros junto con Junkie y Killing Time.
10: The War to End All Wars (Sabaton)
La guerra real borra todo atisbo de fábula romántica sobre cualquier héroe, sobre cualquier épica, pero los suecos Sabaton son fieles a su repertorio de temática bélica y militar en este nuevo álbum que no alcanza las cotas del anterior, La gran guerra, pero en esta secuela del mismo mantiene el tipo en su discurso de recorrido por temas y figuras icónicas de la Primera Guerra Mundial, la guerra que lamentablemente no acabó con todas las guerras.
Uno + de propina: Leather Terror (Carpenter Brut)
Admirador galo del cine de John Carpenter y su película La noche de Halloween, Franck Hueso, alias Carpenter Brut, aplica sus sintetizadores oscuros al homenaje de las hazañas de cuchillo en esta tercera entrega de la trilogía que iniciara en 1918 con Leather Teeth, prosiguió en 2020 con Blood Machine OST, un viaje que empezó en el primer álbum con ecos de los Judas y ahora remata acercándose con discreción al vecindario del black metal en el tema que da título al álbum, uno de mis favoritos de este año para volver a casa de madrugada o patearme el camino al metro a las siete de la mañana.
Miguel Juan Payán
No hay comentarios:
Publicar un comentario