“La imaginación es navegar sin mar, volar sin
alas hacia el sol”. Esta frase extraída de la letra de Quinto elemento, el tema que sirve como título del esperado nuevo trabajo
discográfico de Tierra Santa, puede
servir casi como declaración de principios para este nuevo viaje musical que
nos propone la banda de La Rioja en diez canciones firmadas por Ángel San Juan
en su undécimo lanzamiento de estudio que sale a la venta el día 6 de octubre.
Grabado y
mezclado en los estudios Sonido XXI por Javier San Martín, que junto con Ángel
San Juan se ha ocupado de la producción, Quinto
elemento invoca nuevamente la personalidad épica de la banda dando un toque
de autoridad heavy en el paisaje musical de estrenos a base de imponer los
mejores recursos de su veteranía y experiencia en temas como Caín, el primer single del disco, que
tiene las trazas de ser un buen arranque promocional para este nuevo trabajo, Donde moran los malditos y Revolución, temas con la personalidad de
himnos, o Moby Dick, que nos invita a
surcar mares y atravesar tormentas de miedo y dolor sin rendirse, retando al cielo
ante el leviatán y las tinieblas. Un himno perfecto para ponerse a batallar con
lo cotidiano recuperando el icónico tono de lo legendario que siempre ha
caracterizado los mejores temas de Tierra Santa.
Pero quizá
la característica más destacada de Quinto
elemento sea su capacidad para volver a demostrar la capacidad de este
grupo para coser la leyenda lejana con la realidad cercana. Los temas
mencionados prometen ser pesos pesados en directo, pero junto a estas propuestas
más directamente conectadas con la historia y el ADN esencial de la banda, Quinto elemento despliega una segunda
piel donde esa herencia se cruza con propuestas de contenido que sustituyen lo
mítico por la reflexión sobre problemas sociales más cercanos, comenzando por Lodo, que busca respuestas para
sobrevivir y quebrar el bucle del maltrato y la violencia cotidiana, o el
encuentro de lo épico con la denuncia en el tema Hombres sin tierra, historia de “vidas ahogadas entre sangre y barro tras los muros del desastre y el
olvido”, que nos permite casi visualizar el desastre, o Entre el bien y el mal, tan poderoso
como el tema Donde moran los malditos,
espejos de la zozobra social de nuestros días con estrofas que pueden ser tan
pegadizas como contundentes en su retrato del laberinto en que vivimos. O el
tema Fuego en el paraíso, quizá el
que empieza más tranquilo y melódico del disco, pero que estalla rápidamente en
una letra temible encendiendo el mundo en un fogonazo apocalíptico, antes de
cerrar con un tono de balada de perdedores con De la calle al cielo, que siembra optimismo más allá de los
zarpazos de la vida de un vagabundo en cuya historia se concreta la mirada a
los sin hogar que pueblan las ciudades como sombras.
Tierra
Santa vuelve con fuerza en un trabajo muy interesante que demuestra por qué
después de veinte años de trayectoria sigue siendo una banda de referencia
esencial en el paisaje del rock nacional a la que además, después de escuchar
los temas de su Quinto elemento,
apetece mucho reencontrar en concierto en la gira que comienzan a partir del
mes de diciembre.
Quinto
elemento ha contado con la colaboración especial de músicos como Eduardo
Zamora, anterior miembro de Tierra Santa,
que pone sus guitarras en los temas Quinto
elemento, Donde moran los malditos y Fuego
en el paraíso, Juan Zagalaz,
guitarras y arreglos en De la calle al
cielo, y Dámaso Escauriaza, percusiones en Hombres sin tierra.
Buen Rock para despedir 2017 escuchando
Quinto elemento y recibir 2018 en sus conciertos.
Miguel
Juan Payán
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