viernes, 9 de agosto de 2019

Review Slipknot 'We Are Not Your Kind'

SLIPKNOT: WE ARE NOT YOUR KIND

El sexto álbum de estudio de Slipknot es toda una descarga de metal extremo con lo mejor de la banda que para quien esto escribe pasa automáticamente a ponerse en los primeros puestos de sus mejores trabajos.

La apertura con el primer tema, Insert Coin, es una breve pero decidida invitación a jugar con esta propuesta y no dejarse llevar por prejuicios contra este trabajo derivados de la ausencia en el mismo de dos de los músicos que han definido a esta formación desde sus principios, el batería Joey Jordison y el fallecido Paul Gray en el bajo. Ellos no están, pero basta zambullirse en el segundo tema del álbum, Unsainted, para empezar a disfrutar de una “experiencia Slipknot” en toda regla, precedido por un coro que pone alfombra roja a una descarga en el mejor estilo de la banda, respetando su habitual capacidad para la sorpresa y la versatilidad de cambio y paso por varias fases en cada uno de sus temas que ha caracterizado al grupo desde sus principios. Con una línea en su letra que bien podría servir como definición del conflicto en las letras de todo este álbum: “Nunca me mataré para salvar mi alma”.

Slipknot visceral y sorpresivo vuelve a brillar dándole cancha a todas las posibilidades y variables musicales de su amplia formación con este tema que marca pauta para todo el álbum y pudimos testar en los conciertos en España del grupo que hicieron saltar a seguidores a principios de este verano en el Download de Madrid y el Resu de Viveiro, con invasión de la zona VIP incluida en el concierto de Madrid siguiendo el ritmo del himno People=Shit.

Birth Of The Cruel, el tercer tema de We Are Not Your Kind, arranca con el dominio de batería y percusión, seguida de cerca por la voz de Corey Taylor, que se imponen como punto de equilibrio precediendo la entrada de las cuerdas. Taylor baraja bien sus registros para reforzar su papel como líder que ante la ausencia de Jordison y Gray queda reforzado don este trabajo.

El cuarto tema, Death Because of Death juega al bucle del juego de palabras que desde la letra marca el tono experimental que entra como pincelada y juego en algunos temas, antes de restablecer el estilo más puro de Slipknot con el siguiente tema. Nero Forte es uno de los platos fuertes de este álbum. Bien complementado con coros a modo de eco y con una descarga de batería y percusión, debería ser uno de los favoritos de este trabajo para los seguidores del grupo y un himno para desatarse en los conciertos junto con el que le sigue, el juguetón Critical Darling, que arranca casi encadenado con esa misma energía, configurándose ambos como el ecuador y la línea de fuerza sobre la que se asienta el álbum.

Todo el poder de la formación está astutamente desplegado en estos temas hasta llegar a un significativo punto final con el jadeo de Taylor que da paso a los acordes anticipatorios de la siguiente fase del álbum, que arranca con la balada Liar´s Funeral, donde Taylor reina no solo en la voz sino en la propia reflexión y contenido de la letra sobre su experiencia de conflicto personal que riega de un especial significado algunos de los cortes más significativos de este álbum.

Es balada, pero, claro, esto es Slipknot amigos, así que esperen cualquier cosa en su desarrollo y no se relajen porque el poder del himno iracundo espera agazapado detrás de cada estrofa y antes de darnos cuenta estamos en un entorno de descarga épica en jugosa mutación a lo largo de un camino donde el tono de cortejo fúnebre puede adquirir incluso cierto tono marcial, de himno. Maneja aquí el grupo su despliegue instrumental que habilita uno de los temas más ricos y maduros de este álbum.

Pero si hablamos de himno, ahí está el corte ocho, Red Flag, que ataca visceralmente desde su principio sin concesiones y no hace prisioneros, en la mejor y más cañera tradición del grupo. Ira desbocada dominada por el riff en el mejor estilo de la banda.

El corte nueve, What´s Next, es un puente sonoro al diez, y sirve además como apertura a una fase más experimental y arriesgada del álbum comenzada con el décimo corte, Spiders, donde la voz de Corey respaldada por el bucle sonoro conduce la propuesta hacia un territorio más cercano a la banda hermana Stone Sour.

Pasamos así al corte once, Orphan, otro himno de batalla, que en su arranque instrumental vuelve a imponer la velocidad de puro Slipknot al cien por cien. Una carga de la brigada ligera en toda regla que empieza preguntándose “¿Estaré vivo?”, y acaba concluyendo: “Soy el húerfano, el que mata tu mundo”, dejando que finalmente Corey Taylor escupa una carcajada y un jadeo que envidiaría el propio Joker en el clásico del cómic La broma asesina.

Esta descarga era necesaria para mantenernos atados a la parte más arriesgada y experimental de la propuesta, materializada en los cortes doce y trece, significativamente titulados My Pain y Not Long for This World, con siniestra apertura del primero que recuerda casi un repique de campanas respaldando esta exploración de nuevas posibilidades para la formación. My Pain es una especie de balada en variante siniestra, con ecos industriales de rock progresivo, que ciertamente puede parecer que se aparta de los caminos transitados habitualmente por el grupo pero oficia como campo de pruebas para nuevas variables sonoras que ampliar a su panoplia de recursos.

En el encadenado coherente que mantiene todo este álbum entre su diversificada propuesta, una de las más arriesgadas del grupo desde que comenzó su andadura en las grabaciones de estudio, el décimo tercer corte inicia su viaje en la misma clave de My Pain, pero rápidamente plantea el retorno a territorio más familiar para los seguidores del grupo, recordando en algunos momentos otra vez a la banda hermana Stone Sour, pero enfocando el tramo final del tema hacia la descarga final que nos mete de lleno otra vez en la clave Slipknot.

El último corte, Solway Firth, presentado en vídeo con la compañía de planos de la muy recomendable serie de Netflix The Boys, basada en el cómic de Garth Ennis, vuelve a clavar sus garras en el resolutivo juego de variables de la voz de Corey Taylor, comenzando con un recitado que te hace estallar la cabeza. Tras la pausa de los cortes doce y trece el reencuentro con la descarga de puro Slipknot confirma que este grupo tiene todavía muchas alegrías que darle a nuestros oídos e invita a hacer las maletas para ir a escucharles en directo allí donde toquen.

We are not your kind es la confirmación de que hay fuerza y desbordante vida y ganas de arriesgarse con todo en una banda que se ha ganado a pulso el derecho a seguir creciendo más allá de su propio mito.



Miguel Juan Payán




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