MÚSICA PARA VIVIR A LO LOCO
Todas las cosas tienen algo positivo, incluso las malas. Siempre me acuerdo del Doctor Midas, villano del cómic de Grant Morrison y J.G. Jones “Marvel Boy”. Al final del mismo el tipo (que viste una armadura dorada Mark I de Iron Man vaya usted a saber por qué) termina cayendo en una dimensión hostil poblada por unos seres brutales llamados los Sin-Mente (los seguidores de las aventuras del Doctor Stephen Extraño les conocerán). Y al pájaro no se le ocurre otra cosa que decir: “esto en algo me beneficia”. Un optimista, sí. Y el otro día me di cuenta de que gracias a una cosa mala como la desaparición del formato físico, ocurren cosas buenas. Por ejemplo, encontrarte un montón de DVDs de películas bélicas y del Oeste en una tienda de cómics a sólo un eurito. Ni que decir tiene que desenfundé mi libreta con la lista de las que tengo para no repetir ninguna. Y esa lista me llevó trabajo, no se crean. En un fin de semana junté todas las películas del Oeste que tengo, las clasifiqué por orden alfabético y luego las apunté en la libreta. Y al fin de semana siguiente hice lo mismo con las bélicas. Y luego me cansé de hacerlo. Pero en algún fin de semana o puente aprovecharé para hacer lo mismo con las de ciencia ficción, terror o policíacas. No, lo siento, como ya saben los musicales no me gustan. A no ser que consideremos como musical “Calles de fuego” o “Heavy Metal”. Estoy pensando que podría hacer una lista de “cine fantástico” y ahí me cabía todo junto. Menos trabajo. ¿Y la música Telly?
Vale, ya voy, ya voy, no se pongan nerviosos. Venía a contarles eso ya que me he tirado toda la semana soñando que me encontraba una oferta igual en discos compactos. Con el tiempo puede ser posible. Como sigan en las grandes superficies pasando por alto el formato físico cabe la posibilidad de que en algún momento entre en alguna tienda, digamos una chacinería, y me encuentre un cajón con discos de música a un euro. Caramba, si ya les conté que en una feria de juguetes me topé con un cajón lleno de discos a cinco euritos. Lo malo es que los tenía casi todos. Mientras espero a que ocurra eso tendré que contentarme con los que tengo por casa. Y a ver si hace un poco menos de frío, que últimamente parece que estamos en Invernalia y puedo una tarde darme un salto a la Metralleta por ejemplo. No se asusten, no me he radicalizado, es una tienda del centro de Madrid que tiene DVDs y Discos Compactos.
Pero yo he venido a hablarles de música. Más concretamente a recomendarles un disco, a ser posible. El de ésta semana es de Mike Olfield. Sí, otra vez el amigo Mike. ¿Qué quieren? Me tiré varios días escuchando el “Crises” que les recomendé hace dos semanas y luego me topé con éste “Tubular Bells III”. Se trata de una labor de reciclaje musical que seguro que le gustaría a Greta Thunberg. A mediados del año 1996 al amigo Olfield no se le ocurrió otra cosa que irse a vivir a Ibiza a vivir la vida loca e inspirarse para crear la música de “Tubular Bells III”. Mientras otros estábamos dando barrigazos en Ceuta durante el servicio militar. Bueno, yo he seguido dando barrigazos después. Sí, tengo que ponerme a dieta, pero tengo cosas más importantes que hacer. Escuchar por ejemplo éste disco, el decimoctavo de su discografía que salió al mercado en agosto de 1998. Lo cierto es que la “vida loca” le acabó pasando factura a Olfield y terminó retornando al Reino Unido después de venderle la casa de Ibiza, dos coches y una lancha motora a Noel Gallagher. Si, ése mismo, el de Oasis.
Lo del reciclaje lo decía porque aprovechó por ejemplo la pista de la batería de la canción de “Crises” “Moonlight Shadow” para el tema que más me gusta de éste disco, el titulado “Man in the Rain”. Ya decía yo que me sonaba muy parecido al “Moonlight Shadow” con el que les dí la barrila hace dos semanas. Por cierto quien tocaba ésa batería era Simon Phillips. La canción “Outcast” en la que se puede oír la voz del propio Olfied también recuperó las baterías de canciones previas de su discografía como “Shadow in the Wall” y “Far Above the Clouds”. Ésta última también reciclaba guitarras de la sección final del primer “Tubular Bells”. Vamos que el amigo Olfield está muy concienciado con reciclar y tal por lo que se ve. En cualquier caso es un gran disco y cuenta con colaboraciones como la de la vocalista Rosa Cedrón del grupo Luar Na Lubre en la canción “The Inner Child”. Vamos, que si te gusta su música no lo dejes pasar. Ea y ya no les torturo más las córneas, no olviden supervitaminarse y mineralizarse.
TELLY CHAVALAS
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