viernes, 18 de septiembre de 2020

Destacado de la Semana: Motörhead

 MOTÖRHEAD  IRON FIST


Y puestos a investigar la NWOBHM pues a escuchar discos derivados de ese género y como no aparecen los londinenses más representativos de finales de los 70`s junto con Saxon en lo que se refiere a eso de no ser una banda de molones tíos guaperas que se cuidan el cutis y su pelazo, si no de currar, currar y currar y hacerse un hueco en la industria musical queriendo y amando lo que se hace. Solo así se consigue alcanzar la meta y si después te conviertes en un icono popular o tu logo de la banda aparece en casi todos los sitios pues oye, mejor que mejor, no? El caso es que llegaste allí siendo y creyendo en ti mismo y eso los MOTÖRHEAD lo supieron hacer a las mil maravillas. O simplemente fueron ellos mismos pasándoselo bien en un garaje y luego pues, lo que digo más arriba...todo llega después de un duro día de trabajo.

 

No es de extrañar que muchos de los jóvenes que crecieron escuchando a estos tipos se quedaran prendados de la energía que manaba de los mástiles, micrófonos y baquetas de aquellos tíos que tocaban esa música sin más, salir al escenario y darle a esa gente que pago por un ticket su música, su descarga emocional.  Y si hablamos de sus portadas que en este caso prescindía de su fiero perro que parecía sacado el infierno más oscuro, haría que muchos de los chavales que adquirían sus discos por portadas, cosa que antaño ocurría muy a menudo en las tiendas de discos, fliparan y empezaran crear logos y bandas a millón.

 

IRON FIST comienza con un trallazo que es el propio nombre que dan al disco y como no, con los golpetazos del bajo de Lemmy, inconfundible voz rota y como si hubiera estado de resaca perpetua, avisaba a navegantes de que lo que aquí iban a escuchar sería una serie de canciones que harían explotar tu cabeza. Una mezcla de ese rock oscuro que creo Sabbath con la del punk que corría por las calles de Londres. “Heart Of Stone” y “I`m The Doctor” suponen un subidos para el que escucha el disco muy notable y además me sirve como combustible para comenzar mi día a día laboral. Una buena dosis de MOTÖHEAD de vez en cuando no provoca dolor de cabeza. Provoca mejorar la misma. Un consejo gratis.

Sin ser muy prolíficos ni muy técnicos sus discos se compones de unos temas muy rápidos y que llegan rápido al oyente. Directos, como un puñetazo, como “I`m The Doctor” que me encanta. O “Go To Hell” que supone una estructura clara de cómo funciona la banda británica.

 

Como siempre y desde aquí os invito a que por supuesto escuches este disco y los demás de la banda inglesa y que además os unáis a la familia del heavy metal, que mola un montón y os hará pasar ratos divertidos. Hasta la próxima semana.

 

Alex El Cimmerio






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