jueves, 14 de octubre de 2021

Descubriendo a... Radio Pirata

Radio pirata

En estos tiempos que corren, nos cuesta imaginar cualquier tipo de censura en cualquier medio. De ningún modo se nos ocurre ni mencionar que algo semejante pueda manchar nuestro día a día. Con orgullo, pensamos que eso ha quedado en el pasado.

Voy a pasar por alto que se ha notado mi giro por la rotonda en un intento de ironizar el tema y voy a centrarme en una censura pasada, pero de gran relevancia.

Quiero hablaros de las radios piratas de los años sesenta. Me centraré en el foco que más atención atrajo en aquel momento, Inglaterra. Como buenos puritanos y guardianes de la virtud, el gobierno británico evitó que la influencia del Rock and Roll llegara a su pueblo. Pero la vida se abre camino y el espíritu humano se sobrepone. Valiéndose de una férrea determinación, algunos grupos dieron luz al concepto ‘Radio pirata ‘. Si la montaña no iba a Mahoma, Mahoma iría a la montaña.

Radio Caroline, Radio Scotland y Radio Atlanta fueron algunas de las emisoras que esquivaron las leyes de radiotransmisión británicas, metiéndoles un vitriolo bastante gordo a los chupatintas de Westminster. Quiero que todos hagamos un esfuerzo para imaginar la cara de esos estirados al oír los punteos de Jeff Beck o las baladas de los Turtles antes de su primer sorbo de Earl grey.

El descontento nació, pero la libertad acababa de alcanzar la adolescencia. Decenas de millones de oyentes quedaron encandilados por el Rock y las personalidades de los locutores, que se convirtieron en estrellas del medio.

La supervivencia de este medio era delicada. Las condiciones en las que se emitía desde el mar eran nefastas y todo parecía pender de un hilo. Para ganar fuerza, las radios piratas empezaron a hacer publicidad de algunas empresas británicas, lo que les garantizaba una entrada de ingresos suficiente para seguir emitiendo y no morir de hambre. Hablamos de gente que vivía en barcos durante largo tiempo y el lujo no era ni siquiera un concepto a tener en mente.

Tras muchos intentos, el gobierno británico creó la ley de infracciones marinas que entraba en conflicto con la existencia de estas emisoras. Una vez más, los poderosos y los gañanes pusieron sus botas en el cuello de la expresión artística. Pero una cosa está clara: El concepto sobrevivió y la libertad que se vivió cambió la mentalidad adocenada de los que siempre pudieron, pero no sabían que debían intentarlo.

Quiero aprovechar para recomendar la película ‘Radio encubierta ‘que trata este tema de cerca. Es una película magnifica, llena de música y pasión por la misma. Atención a su soundtrack. Es arriesgado decir esto, pero es una película que te deja mejor que cuando te encontró.


Daniel 



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