El otro día iba a programar la grabación de una película del Oeste de ésas que emiten por la mañana en la 2 y en el menú de Movistar tenían de fondo la canción de The Black Keys “Lonely Boy”. Seguro que ustedes han visto el vídeo de un señor en lo que parece la entrada de un colegio o algo así bailando al ritmo de la misma. Bueno, si no lo han visto ahí abajo les dejo el enlace. Y pensé “¡anda, ése disco le tengo yo y hace mucho que no lo escucho!”. Así que cuando acabé fui corriendo a la Tellygruta a buscar el disco de marras titulado “El Camino”. Tiene guasa, porque el grupo lleva desde 2002 publicando álbumes y tanto la canción como el disco que yo tengo del grupo son de 2011. La verdad es que ahora mismo no recuerdo si me lo compré o me lo regalaron. De lo que sí me acuerdo es de verlo en un programa de videoclips con mi sobrina y disfrutar mucho con la música. Tanto como para querer hacerme con el disco. Y todo gracias a un video chorras que les debió costar muy poco dinero grabar. El dúo formado por Dan Auerbach y Patrick Carney comenzó a obtener cierta popularidad hacia el 2010 y éste mismo año ha publicado su último álbum titulado “Delta Kream”. El título del disco que les recomiendo se refiere a un modelo de coche, el Chevrolet El Camino y ganó el premio Grammy al Mejor Disco de Rock de 2012. Y aquí aparece uno de los vicios de los coleccionistas. La conexión. Un coleccionista siempre está conectando unas cosas con otras. En mi caso desde que me llevaron de niño al cine a ver “La guerra de las galaxias”. Ahí se me encendió la bombillita en el cerebro y conecté ésa película con unos muñecos que había visto en las jugueterías. Y desde entonces me dedico a conectar unas cosas con otras, algunas de ellas unidas por una breve coincidencia a la que sólo mi cerebro da importancia. Siempre que veía una película de “ninio” pensaba con qué figuras de acción conectaba mejor. Algunos se parecían más y otros menos. Después de ver “Mad Max 2 el guerrero de la carretera” me dio por recrear la película con pequeños coches de juguetes y soldados de escala 1/72 mayormente porque en la misma salían muchos coches y yo tenía un par de bolsas de plástico llenas de miniaturas de marcas como Guisval o Majorette. A los viejunos les sonarán. Incluso tenía un camión con un tanque de gasolina y todo. La conexión ataca de nuevo. Por eso años después y recordando el disco de The Black Keys vi en una gran superficie un par de coches de juguete de la marca Hot Wheels de ése modelo, El Camino, y para casa que fueron. Sospecho que no acaban de ser de la misma marca porque no se parecen mucho y creo que lo único que tienen en común con el del disco es el nombre en español. Uno de ellos encima parece sacado de una película de Mad Max, con dos tanques de gasolina o algo así en la parte de atrás. Que esa es otra, yo de coches ni papa. Vamos que el mundo del motor me importa tres pepinos. Ni veo la Fórmula 1, ni las carreras de motos ni nada parecido. Ni tengo coche, ni moto, vamos que por no tener, no tengo ni el carnet de conducir. Recuerdo que mis compañeros de colegio en cuanto cumplimos los 18 años salieron todos corriendo a sacarse el carnet de conducir. Yo pasé bastante, la verdad. Lo único que me llama un poco la atención de ése mundo es el Rally París-Dakar y porque lo veía de chavaluco y me gustaba como aventura. Y a pesar de eso de vez en cuando me compro algún Hot Wheels. A veces creo que además de por vicio también lo hago por que son relativamente baratos, por lo menos más que un cómic de grapa. O quizá porque los conecto con aquellos juegos con soldados de 1/72 de mi infancia. La dichosa conexión de las narices, una de las maldiciones que sufren los coleccionistas, sí señor.
Aquí les dejo el enlace del vídeo del señor bailongo: https://www.youtube.com/watch?v=a_426RiwST8
Bueno, cuídense y a disfrutar con cabeza.
TELLY CHAVALAS
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