OBÚS: ¡CON UN PAR!
Pasa que siempre está muy bien volver a encontrarse con Obús. Pasa que en las ilustraciones de su nuevo trabajo se nos presenta a modo de pariente de Mazinger Z para repartir rock & roll y letras de denuncia y reivindicación bajo el título de ¡Con un par!, porque, como afirman en su primer tema, nunca los callarán.
Y pasa que el título del nuevo trabajo que acaban de sacar al mercado lo pueden gritar bien alto los integrantes de la banda, y hasta pueden permitirse el lujo de celebrarlo en el primer tema de los doce que integran este su décimo trabajo de estudio: Sangre de Rock & Roll (Paco Laguna), que tiene todos los elementos de letra y música necesarios para poner las cosas claras desde el principio en este y avisar que nunca les callarán y las guitarras no dejaran de sonar.
Lo lo lo lo lo lo…
El Obús del heavy metal ibérico vuelve a estallar sin renunciar a su identidad esencial, sigue fiel a sí mismo y le da a sus seguidores lo que están esperando. La garganta de Fortu Sánchez, la guitarra de Paco Laguna, la batería de Carlos Mirat y el bajo de Luisma Hernández, se lanzan de cabeza a una piscina llenada con corazón y sangre de rock & roll. Sacan el máximo partido a una bien forjada alianza de los siete temas con letra de Laguna y los cinco temas con letra de Fortu.
La propuesta se desplaza desde el himno metal del primer tema al arranque de guitarras redoblando como tambores de aviso que llega con el segundo tema, La mosca (Fortu). Es el aviso de que Fortu no se corta un pelo a la hora de ponerle letra a la mala leche colectiva de un país que está ya hasta las mismas narices de tanto corrupto y tanto trepa. Traidor y carroñero son solo dos de los epítetos que dedica el vocalista y compositor de la banda para materializar un aviso que muchas gargantas hartas podrán corear en los conciertos con ganas: “Puto idiota cojonero”, recordando a esa “mosca chupaculos” de la que nos habla Fortu y que lamentablemente tanto revolotea a nuestro alrededor.
Seguro que cada uno de los que escuchen el tema tienen su propia lista de candidatos al título. Yo tengo mi lista de diez con los que me tropiezo casi cada día, con nombre y apellido, a los que les encajan como un guante todos y cada uno de los epítetos con los que Fortu define de manera contundente a los miembros de dicha especie. Hasta me planteo grabar en el móvil alguna de las más contundentes estrofas del tema para hacerla sonar a título de alarma cuando me los vaya tropezando en el laberinto nuestro de cada día.
¡Qué grande es Fortu cuando se pone a darle leña al mono, que es de goma!
En fin, que ya solo con los dos primeros hay mucho que celebrar en este retorno de Obús, pero la cosa no queda ahí. ¡Con un par! va a más en el tercer tema, Whisky con hielo (Laguna), himno etílico con brillo de las cuerdas y uno de mis temas favoritos que completa el trío de apertura de la propuesta antes de meternos de lleno en el corazón de la parte más emocional de la misma con Sin tu presencia (Laguna), sobre el sentimiento y la pérdida, pero, ojo, cosa esencial, sin perder el tono heavy metal más bronco ni caer en las trampas de lo moñas. Porque puedes cantar cómo te rompes, pero sin rendirle pleitesía a la lágrima fácil. Y eso es Sin tu presencia. El recorrido por esa parte central del álbum va desde este cuarto tema hasta el séptimo tema de canto nostálgico a lo vivido y lo perdido en los irrepetibles Años 80 (Laguna), donde se demuestra que se puede jugar la carta de la nostalgia e incluso idealizar el momento sin caer en las babas.
Esa especie de segundo acto del álbum pasa también por la segunda bronca de Fortu en el quinto tema, No me lo digas más (Fortu), removiendo y poniéndole las pilas a nuestro derrotismo flojo de contorsionistas que nos hacemos el loco no quieren saber nada de nada: “Pero hay algo amigo que nunca te podré perdonar. Que estés hasta los huevos y no quieras luchar”.
Mensaje recibido, jefe.
Escapa de tu prisión (Laguna) empieza con el dominio heavy de las cuerdas a toda pastilla como antesala de otro tema con mensaje alto y claro contra el cepo de la seguridad y los laberintos en que nos vamos metiendo con el tiempo a base de planificar y organizar. “Es una triste realidad sólo se vive una vez”.
El tercer y último acto de este regreso de Obús refuerza en sus letras lo propuesto en No me digas más y Escapa de tu prisión y comienza marcando el tono más oscuro de este tramo final con una bienvenida al infierno de Pastel de demonio (Fortu) donde el vocalista nos invita a jugar sin barreras, antes de que Bandas rivales (Laguna) juegue con atrevimiento en el terreno más arriesgado de todo el álbum al mezclar en el mismo tema dos visiones de un asunto tan actual como el que señala su título, la visión de los adolescentes que están dentro de ese laberinto de la violencia urbana y la reflexión más objetiva de los que contemplan el fenómeno desde fuera con el estribillo “Adolescentes un juego mortal vidas perdidas…”. Nada fácil. Pero es un charco en el que no dudan en meterse porque esto es Obús, el grupo que celebra ser puro rock & roll y se define en el tema que sigue, Incombustibles (Laguna).
Aunque una definición aún mejor la encontramos en el tema que más me gusta de todo este álbum: Rebeldes (Fortu). Descarga en toda regla para poner en bucle cada mañana y cargar las pilas antes de poner un pie en la calle. Lo paso a mi lista de los temas más cañeros del grupo.
La energía de este tema permite llegar al desenlace más oscuro y trágico de Viajando con la muerte (Fortu), despedida amarga pero necesaria para recordarnos que este mundo está lejos de ser una fiesta para todos. Balada de Fortu para poner punto final sin concesiones y darle espacio en este viaje a los refugiados que huyen y viajan con su muerte, dejando que esa tragedia quede flotando como un eco en el cierre de este álbum.
¡Con un par!
Texto: Miguel Juan Payán
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