jueves, 2 de septiembre de 2021

Descubriendo a... Isao Tomita

Isao Tomita y los sonidos del futuro

Dicen que la manzana nunca cae lejos del árbol. He hablado de una forma de abordar la música clásica por vías alternativas cuando se publicó el artículo de Hooked on classics y de los sintetizadores con Daniel Johnston y Giorgio Moroder.

Voy a citar a Moroder para introducir al genio del que voy a hablar en esta ocasión. En su sonada participación con Daft Punk, Moroder dijo en su narración que el sintetizador era el instrumento que produciría los sonidos del futuro. Pues bien, Isao Tomita me dio ese sonido del futuro apuntando al pasado.

Tenemos que remontarnos diez años atrás. El mundo un poquito mejor y yo con mi edad adulta recién estrenada. De entre toda la música que consumía en esa época con ánimo de descubrir todo lo posible, me encontré una versión sintetizada del Júpiter de Gustav Holst perteneciente a su obra ‘’ Los planetas ‘’. Aquello sonaba igual, pero diferente. Entendí lo válido que puede ser otro medio para transmitir el mismo mensaje. Aquello desencadenó un hambre completista que me permitió abordar la figura de este hombre como se merece.

Una vez más, la música clásica fue vehículo para descubrir iniciativas fascinantes en el mundo de la música. Es cierto que el sintetizador no ha acabado siendo el sonido del futuro. De hecho, en algunos casos, puede resultar cargante o con mucha caspa. El caso es que, si contextualizamos lo que supuso en la época, tenemos una obra muy disfrutable de un autor versátil que para nada se limitaba a aquello por lo que yo le había conocido en un principio.

Me resulta asombroso cómo tantos caminos de tantas disciplinas acaban en Kubrick. Pues resulta que Walter Carlos, posteriormente Wendy, que se encargó de las bandas sonoras de La naranja mecánica y El resplandor, fue una de las mayores inspiraciones para Isao Tomita. Wendy es otra fuera de serie en el tema sintetizador. De hecho, se podría considerar fácilmente el verdadero origen que me ha llevado a escribir este artículo los arreglos que le hizo a la obertura de Guillermo Tell para La naranja mecánica.

Su último trabajo, antes de fallecer en 2016, fue componer la banda sonora para el holograma musical Miku Hatsune. A mi entender, que su último trabajo fuera este y que haya trabajado durante tantos años, debió darle una sensación única de, una vez más, volver a dejar una marca indeleble en el progreso de la música. Si hablamos del futuro, los hologramas parecen venir pisando fuerte y me gusta como todos los mundos son capaces de convivir.

Por ultimo quiero dejaros la simple, pero profunda definición de Isao Tomita sobre la música. En dos palabras: La felicidad.


Daniel 



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