AIRBOURNE: BONESHAKER
Miren, esto es fácil: si no se te van los pies y te entregas al headbanging escuchando el último trabajo de estudio de los australianos Airbourne es que estás muerto.
Cualquiera que haya asistido a sus conciertos del Boneshaker Tour que han traído a Airbourne a Málaga, Madrid y Barcelona, sabrán ya cómo suenan algunos de los diez temas que integran el nuevo lanzamiento de los australianos que reinan ya en el hard rock por méritos propios y a los que cada vez es más injusto asociar en los comentarios a AC/DC porque aún siguiendo la pista de Angus y compañía, han sabido labrarse su propio camino con personalidad y contundencia que sale de nuevo a la luz, si cabe con más fuerza, en este nuevo Boneshaker.
La coctelera de huesos empieza a batir a toda máquina desde el primer tema que da título al álbum que avanza firmemente por la pista de despegue con Boneshaker para saltar hacia el cielo con un himno de los que arrancan el estribillo de los seguidores en los conciertos con el segundo tema, Burnout the Nitro: clásico inmediato. Después de escucharlo dan ganas de ir por la vida gritando “Me llaman Señor Nitro”. Himno.
El tercer tema del álbum, es una reclamación territorial en toda regla, This is Our City, que bien puede valer para aclarar que con Boneshaker el grupo se impone desde cada riff y cada tema, desde cada estrofa de la letra de sus temas como una de las principales autoridades del hard rock de nuestros días. Hoy Airbourne son ya mucho más que los legítimos y únicos herederos posibles de AC/DC. Que no es poco decir. Pero ya no aspiran, confirman que van a por mucho más que eso. Su carrera a estas alturas y con este álbum bajo el brazo, que supera sus trabajos anteriores, alcanza un punto de inflexión hacia arriba mientras la energía y la capacidad de crear espectáculo en sus conciertos a base de descarga de rock en toda regla.
Tal como ocurre en sus conciertos, en Boneshaker aprietan el acelerador desde el primer tema y no levantan ya el pie hasta el final del disco, completado, por si quedara alguna duda de su igual contundencia en estudio y en vivo con dos bonus tracks de propina en vivo con los temas Heartbreaker y Raise the Flag.
El viaje de Boneshaker prosigue con un encadenado de fuerza que materializa el gran momento y la excelente forma en que se mantienen los talentos musicales de los miembros del grupo. El despliegue de energía no decae en ningún tema, no hay pactos, es un encadenado brutal que prosigue con los temas Sex to Go, Bacseakt Boogie, Blood In the Water, She Gives Me Hell y Swtichblade Angel. Solo paran brevemente para tomar aire antes de comenzar las dos piezas finales, Weapon of War y un himno de cierre del álbum que nace para perdurar como lema y declaración de principios del grupo y de sus muchos seguidores, cada vez más, repartidos por todo el planeta: Rock´n´roll For Life. Otro estribillo a gritar lanzado a las hordas de sus entregados seguidores en los conciertos.
Ciertamente el sonido en todo este álbum recuerda más que nunca antes el de AC/DC, pero el poderío desplegado por este álbum, que es imposible poner una sola vez sin volver a repetirlo, tres, cuatro o cinco veces de una tacada en el mejor bucle de hard rock que puede conseguirse en estos momentos.
Es además destacable la astucia desplegada en el álbum a la hora de repartir responsabilidades para guitarras, voz y batería en distintos temas y en momentos clave de esta propuesta. El equilibrio y un cálculo perfecto de sus puntos fuertes permite a la formación repartirse las tareas, de manera que las guitarras vayan dando el relevo a la batería en un esquema que permite que brillen tanto unos como otros alternativamente antes de echar el resto con todo en Rock´n´roll For Life.
No hay canciones de relleno ni tiempos muertos. El álbum no afloja en ningún tramo de su recorrido. Simplemente es el trabajo más recomendable de la banda hasta ahora y sin duda el álbum en el que tienes que invertir el tiempo y la pasta si quieres recibir a cambio de tu dinero algo que realmente te alegre las orejas para todo el día.
Fieles a sí mismos, a su sonido, a sus composiciones y temas, a su manera de entender la velocidad y el espectáculo del rock duro, los hermanos O´Keefe no solo han vuelto a ponerse con Boneshaker en primera fila en la lista de los mejores álbumes editados este año, sino que además con este trabajo pueden reclamar ya plenamente que dejemos de compararlos con AC/DC. La mayoría de edad musical de su propuesta la consiguieron precozmente ya desde su segundo álbum, pero después de escuchar lo que nos proponen en Boneshaker tiene que empezar a quitársenos ya la tontería de pensar en los otros australianos que nos alegran la vida.
Airbourne son ya con este su quinto álbum de estudio los amos del rock duro desde un trono de clasicismo que les hace más grandes precisamente por que no están dispuestos a negarse a sí mismos siguiendo tendencias ajenas y modas pasajeras. Lo suyo es algo propio e intransferible, adornado con un muy saludable puntito gamberro en algunas letras que a todos los que gozamos con el cachondeo gamberro del mítico Bon Scott nos producen la grata sensación de que el hard rock está con ellos muy vivo y tiene cuerda para rato.
Miguel Juan Payán
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