El otro día tuve un sueño espantoso, una auténtica pesadilla vamos. Resulta que como no tenía sitio en la Tellygruta me daba por llevar mis cómics de Batman a una oficina en la que trabajé hace algunos años y donde sobraban estanterías vacías. Como suele ocurrir en los sueños pasaba algún tiempo en un pispás y me apetecía volver a leer los cómics de Tom King del Hombre-Murciélago (creo que ahí me di cuenta de que era un sueño, serían los últimos que querría volver a leer del personaje, la verdad) así que me iba para la oficina y claro, de pronto se había convertido en una tienda de cómics y habían volado todos mis tebeos de Batman, incluso los de Tom King. Me desperté con un sudor frío de aquí te espero y se me quedó cara de Gollum toda la mañana. De hecho creo que incluso llegué a decir: “esos malditos hobbitssss se llevaron mis cómicssss de Batman… mi tesooorooooo”. Y luego me dio por pensar de dónde podría haber venido semejante idea para el sueño. A ver, yo soy generoso pero reconozco que lo justo. De hecho en el horóscopo chino soy rata, con eso les digo todo así que eso de llevar mis cómics a un sitio lejano y ajeno, pues es muy raro, la verdad. No me cabía en la cabeza. Luego me acordé de dónde había podido venir la idea. Hace años, cuando trabajaba en ésa oficina a un compañero de trabajo le dio por traer una torre de compact disc casi tan larga como el brazo de un orangután. Allí había de todo, casi toda la discografía de David Bowie, discos de T-Rex, KISS, Tino Casal, The Darkness e incluso varios de Héroes del silencio. Vamos que el hombre había traído gran parte de su colección de discos al trabajo. La dejó en una estantería vacía que había a su espalda. Sospecho que los trajo para intentar ligar con una chica muy maja que trabajaba como traductora. Sin embargo a la chica acabaron despidiéndola así que el idilio no tuvo lugar. A pesar de ello estuvimos varios años escuchando buena música mientras trabajábamos. Yo era el único que podía ponerlos en el ordenador y a eso de las doce el compañero siempre me alargaba uno de sus discos y pasábamos las horas de trabajo tan campantes. Escuchar música siempre ayuda en todo. Total que creo que vino de ahí el terrible sueño de Batman. Al final el compañero fue llevándose sus discos a casa poco a poco pero quedó la costumbre de poner uno a las doce de la mañana y el resto comenzamos a llevar nuestros discos para escucharlos. Siempre viene bien compartir gustos. Yo de hecho me compré algunos de aquellos discos cuando los vi de oferta, como por ejemplo el grandes éxitos “Best of Bowie” del que había oído poco desde que escuché “China Girl” y “Let’s Dance” en la radio ochentera que escuchaba de chavaluco. Aprovecho para recomendárselo. Son dos discos con grandes canciones como “Young Americans”, “Diamond Dogs”, “Sound and Vision” o “Space Oddity”. Así que en el fondo y a pesar de ser rata en el horóscopo chino reconozco que fue una buena idea llevar aquellos discos al curro, el tío acertó de pleno aunque fuera un movimiento arriesgado. Mejor que escuchar la radio ésa que sólo emite canciones pastelero-románticas cualquier cosa nos valía. Y encima amplías gustos. Bueno, les dejo, voy a comprobar si mis cómics de Batman siguen en el mismo sitio… “Malditos hobbitssss…”
TELLY CHAVALAS
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