El 5 de agosto de 1975, Pink Floyd publicó su primer álbum y conviene darle un poco de contexto.
Hablar de Pink Floyd es hablar de innovación prematura debido a la edad de los integrantes del grupo y a su falta de preparación.
Se graba en el estudio 3 de Abbey Road de Londres en el momento en que los Beatles están grabando su ‘’ Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band ‘’, octavo álbum de los escarabajos. En cuanto pudieron escuchar el trabajo de Pink Floyd, la mejor banda del mundo reconocía la valía de estos principiantes salidos de la nada.
La obra de Pink Floyd tiene buen recibimiento, pero será el paso del tiempo el que le otorgue el alcance revolucionario de lo que estaban haciendo. El álbum captura el espíritu de la época, adelantándose a toda una generación de rockeros psicodélicos.
The Piper at the Gates of Dawn es el resultado de un profundo conocimiento de la vida londinense. Ellos eran de Cambridge, pero encontraron en Londres el terreno perfecto para sus ideas anticonformistas.
Su estilo nace de improvisaciones sobre bases de rhythm and blues, lo que les ha permitido desarrollar un lenguaje musical nuevo, rompiendo así la estructura tradicional del rock. De ese modo, Londres contó con su propia psicodelia musical. Sus espectáculos se caracterizaban por los juegos de luces y proyecciones muy inmersivas.
Una de las canciones más celebradas del álbum es interstellar overdrive, que artistas como Pearl Jam o los Red Hot Chili Peppers versionarían años después.
A partir de este momento, la banda nos daría algunas de las maravillas más celebradas en el mundo de la música.
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