Un merecido homenaje a una de las personalidades más anfibias de las que ha dado lugar la ciudad de Valencia. Planteado en este caso como una deidad menor albuferenca, Joan Monleón nos acompaña en un viaje por el marjal, que va adquiriendo notas lisérgicas conforme el protagonista hace su aparición.
El imaginario "monleonesco" nos mece con una referencia continua a su trayectoria, así como pasajes musicales que hacen referencia a la complejidad del artista. Toda una reivindicación para la reconstrucción del imaginario ribereño.
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