MÚSICA PARA RESFRIADOS OTOÑALES
Esto de los catarros otoñales es un tostón. Llevo una semana tosiendo más que Doc Holliday cuando veía a Katie la Narizotas liada con otro maromo. Los chavales quizá no sepan de qué hablo, pero eso se arregla fácil, vean “Duelo de titanes”, “Wyatt Earp” o “Tombstone” y sabrán de qué hablo. Cualquiera de las tres películas les sirve. Y es que encima hacía un par de semanas que había tenido otro catarro, con más mocos y menos tos. Mi sistema inmunitario tiene menos defensas que una nave de los ferengi. Así que mi proyecto de hacer una incursión en una tienda que todavía venda discos compactos se ha ido al garete. Con lo cual he tenido que hacer lo que es habitual en éstos casos. Lo mismo que durante la pandemia. Lo que yo llamo “La tienda en casa” que consiste básicamente en rebuscar entre mis mierdas frikis a ver qué me encuentro. La mayor parte de las veces pierdo un buen rato de tiempo mirando, apartando torres de discos, subiéndome a una escalera para llegar a los más inaccesibles. Sí, no tengo bien puesta la colección de CDs, ya lo sé. El espacio es limitado y los meto dónde y cómo puedo. Pero oiga, y la alegría que me da volver a descubrir discos que estaban ocultos tras una torre y que llevaba mucho tiempo sin escuchar vaya usted a saber por qué. De paso estos safaris musicales me sirven para ir uniendo en el mismo sitio los discos de ciertos artistas o bandas. Porque es que encima soy un desastre y como los meto donde puedo al final se acaban dispersando más que los Adeptus Astartes en un desembarco orbital.
El disco que me he encontrado esta semana ha sido “Shangri-La” de Mark Knopfler. Es el cuarto álbum del músico en solitario y salió al mercado en septiembre de 2004. Si no recuerdo mal me lo compré de novedad, nada de ofertas, aprovechando un dinerillo que me habían dado por mi cumpleaños. Vamos que en cierto modo fue un autoregalo pero financiado por mi familia. Ya saben ustedes que yo soy carne de saldos, rebajas, descuentos y en general cualquier morralla a precio barato que me pueda echar a las urpas. Así que casi es un hito histórico que un raspas como yo desembolsara su dinero en un disco recién publicado. Pero así fue. Y la verdad es que el disco está bastante bien, si te gusta la música de Knopfler, claro. A mí me ganó desde que escuché de chavaluco el “Sultans of Swing” y el “Money For Nothing” así que siempre estoy atento a lo que saca. Me pasa lo mismo con Eric Clapton, quien por cierto ha publicado recientemente nuevo disco.
Bueno, volviendo a “Shangri-La”. Éste álbum además tiene mucho mérito por parte del cantante ya que antes de grabarlo tuvo un accidente de moto en el que se rompió la clavícula, el omóplato y siete costillas. Para haberse matado. De resultas se tiró siete meses de fisioterapia hasta que pudo volver a tocar la guitarra. De ahí lo del mérito que decía. En mi mente enajenada siempre comparo a Knopfler con Joaquín Sabina o Kiko Veneno. Todos ellos cuentan historias en sus canciones. Por ejemplo en éste álbum Knopfler habla de boxeadores como Sonny Liston (“Song for Sonny Liston”), cantantes como Lonnie Donegan (“Donegan’s Gone”) o Elvis Presley (“Back to Tupelo”) y hasta de ladrones de bancos con un solo brazo (“5.15 AM”). La única diferencia con Sabina y Veneno es que éste canta en inglés y es más difícil pillarle las letras. Pero todo es cuestión de ponerse. Si eres muy fan de su etapa en Dire Straits quizá te parezcan canciones un poco lentas y pausadas. Y lo sé porque a mí al principio también me pasó. Quizá por eso estaba oculto detrás de una pila de discos compactos. Pero uno se va haciendo viejo, va pasando por cosas chungas y al final casi prefiere éste tipo de canciones en ciertas épocas antes que una banda de melenas pegando berridos sobre el micrófono. Tranquilos, no me he vuelto del gremio anti-heavys, son sólo etapas. De vez en cuando disfruto más de canciones como “Whoop De Doo”, “The Trawlerman’s Son” o “Postcards from Paraguay”, todas ellas muy buenas. Ea, voy a ver si hago unos vahos o algo a ver si se me quita ésta puñetera tos. Ahora más que nunca no olviden supervitaminarse y mineralizarse que hay más virus en el aire que en la casa de un adepto a Nurgle.
TELLY CHAVALAS
No hay comentarios:
Publicar un comentario