Llega el momento del año en que los colaboradores de este blog hacemos un repaso musical a nuestro año. Hoy me presento ante vosotros con escasas novedades, pero sustanciosos reencuentros. No he abrazado mucho lo nuevo este año. Tirando por el mismo camino con el que me reencontré el año pasado con los Bee Gees, este año me he reencontrado con el Hans Zimmer de los años 80. Ha sido una experiencia muy grata a raíz de una serie de revisionados como ‘’ Thelma y Louise ‘’, ‘’ Rain Man ‘’ o ‘’ Black Rain ‘’. Debo decir que es refrescante volver a los inicios de un compositor que ha abrazado una clave y que de ahí no se mueve. Una clave que me encanta, pero no le quita la falta de imaginación en ciertos casos. Hablamos de un hombre con mucho talento e incluso con el espíritu innovador en horas bajas logra sorprenderte. Escúchese su trabajo en ‘’ Dune ‘’ o ‘’ Dunkerque ‘’. Este Zimmer confiaba mucho más en su guitarra eléctrica y prescindía de su ahora característica percusión. Eso le aporta una variedad que, a mi entender, aportaba más al momento en que se compusieron esas bandas sonoras que he mencionado más arriba.
Hace poco mencioné un libro en Twitter y me llevó a un encuentro con los compañeros del blog y siento que debo mencionarlo. El libro es ‘’ I´m Ozzy: Confieso que he bebido ‘’. Aquí hemos querido ser graciosetes y hacer un chiste sobre chiste con lo de ‘’ confieso que he bebido ‘’. Evidencias aparte, el libro es genial. Cojonudo, precisamente por la figura que está en cuestión. No voy a descubrirle a nadie los excesos de Ozzy Osbourne, pero si me gustaría que nos replanteáramos lo que el talento de por sí es, más allá de la cortina ( Ay, Telly jajaja ) de sustancias que el propio Ozzy ha puesto en su vida.
Hablamos de un pionero de ese bendito género musical que es el heavy metal y de una voz que marcó mi adolescencia cuando empezaba a explorarlo. Siempre recordaré su ‘’ N.I.B. ‘’ que me acompañó prácticamente durante todos los paseos que di en esos años. Recomiendo echarle una buena leída al libro. Siempre es recomendable explorar más a fondo aquello que nos gusta. La historia puede no ser la que deseamos o esperamos, pero será la verdad y, por cruda que pueda ser, es lo único que hay.
También he dado una buena vuelta por la discografía de la ELO y debo mantenerme en mi postura al decir que no tienen una mala canción. Se suman a la Credence, Rainbow o Deep Purple. Gente que maneja un talento inexplicable y que lo ejecuta como nadie. Recomiendo un álbum de esta gente del que he abusado hasta puntos punibles por ley. Hablo de su directo en Australia en 1996. Tiene todo lo que se desea de la ELO y con un derroche de cariño y respuesta del público increíbles. No creo que hayan sonado mejor que en ese momento.
Una herramienta útil para estos repasos musicales es el wrapped de Spotify. Al igual que el año pasado, lo he quemado hasta los cimientos, como no puede ser de otro modo, pero me doy cuenta de que es muy parecido al anterior. Eso me hace preguntarme si, tal vez, estoy apalancándome en este sentido. Esto no es ni bueno ni malo, pero destaca el hecho de que no me quedo con un alto porcentaje de lo que me voy encontrando cuando me pongo a explorar música. Supongo que, tarde o temprano, todos encontramos lo que nos funciona y simplemente nos queda eso, funcionar.
Si os voy a dar diez álbumes para ser más específico y creo que la naturaleza del artículo lo requiere. Os dejo diez lugares en los que me he acomodado a lo largo del año. Os deseo una feliz Navidad, buena entrada de año y que no penséis en lugar de sentir cuando haya algo que vale la pena delante de vuestras narices. Nos vemos el año que viene.
1. One Night In Australia: Elo Part II
2. Boys in tres – Carly Simon
3. The final cut – Pink Floyd
4. No dice – Badfinger
5. Ritchie Blackmore´s Rainbow – Rainbow
6. In the army now – Status Quo
7. Midnight Madness – Night Ranger
8. Madman Across The Water – Elton John
9. Pyramid – The Alan Parsons Project
10. The Stranger – Billy Joel
Daniel
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