jueves, 12 de septiembre de 2024
Descubriendo a... Las tesituras y los castrati.
jueves, 5 de septiembre de 2024
Descubriendo a... La voz: Cualidades y teorías
viernes, 23 de agosto de 2024
Descubriendo a... Organización de los sonidos: La grafía y la partitura
La semana pasada terminé con una breve historia de la notación musical y creo que es buena idea seguir con las grafías.
Llamamos grafía a la escritura musical y debe quedar claro que se trata de un lenguaje universal que no debe encajar demasiada complicación, dependiendo de cómo uno lo aborde. Lo que es cierto es que aglutina una gran cantidad de información en un espacio muy pequeño.
La escritura que recoge el pentagrama se puede entender como un eje de abscisas (horizontales) y ordenadas (verticales). El eje horizontal representa el tiempo y el vertical la altura. Es de esta manera porque el pentagrama se reduce a dos tipos de signos distintos: figuras y notas.
Las figuras se precisan por la grafía de las notas (blancas, negras, etc.)
Las notas se definen por el lugar que ocupan en el pentagrama.
No olvidemos que la música es un arte que se desarrolla en función del tiempo y eso debe quedar reflejado en la escritura.
En el siglo XVI se agregó un elemento más a este sistema de escritura: el compás.
El compás es una división de la música que facilita la lectura y la interpretación de la misma. Está íntimamente relacionado con el concepto de ritmo. Los ritmos más normales son los de dos, tres o cuatro negras por compás, dependiendo de donde se ubiquen los tiempos fuertes o acentos.
Tenemos un ejemplo claro de ritmo de tres (ternario) en el vals, en el que resulta fácil exagerar el acento en el primer tiempo, que es el que lleva el acento fuerte. El ejemplo de dos tiempos puede ser el del paso doble. Luego tenemos el de cuatro tiempos, que podemos aplicarlo a la mayoría de música pop.
Pasemos a hablar de la partitura, que informa sobre el ritmo (figuras y compases), melodía (notas musicales), tempo, dinámica y tonalidad.
El tempo o velocidad de interpretación está marcado al comienzo de la obra por una indicación referente al número de figuras por minuto que debe hacer. Es velocidad se marca con un aparato llamado metrónomo.
También puede anotarse de una manera menos exacta, con la tradicional clasificación italiana de tempos: presto, allegro, moderato, andante, adagio o largo.
Esta notación, al ser menos exacta, puede llevar a errores, por lo que no nos interesa. Es un problema a la hora de interpretar música clásica. No hay forma de determinar la velocidad original que tenía el músico en mente cuando compuso la obra. Tampoco debemos tomar, por ejemplo, el tempo de andante como algo fijo, ya que eso significa ‘’ andar ‘’ y no hay una velocidad determinada para ello. Nos quedamos con el metrónomo, que lo tenemos desde el siglo XVIII y desde entonces podemos conocer con exactitud los tempos de las obras musicales.
Tenemos también la dinámica que es la variación de intensidades que hay durante una obra musical. Se expresa también por términos italianos en una escala que va desde el muy suave o pianísimo a muy fuerte o fortíssimo. Si nos encontramos con el término crescendo, eso significará que hay un aumento en la intensidad.
Por último, os hablaré de la clave, que es otro elemento importante del pentagrama. La clave, que podemos encontrar al principio de cada pentagrama, indica el registro en el que debe interpretarse la música escrita.
Ya que tanto las voces como los distintos instrumentos musicales cubren diferentes registros, cada instrumento tiene sus partituras escritas en la clave que corresponde a su registro.
De este modo, la mitad izquierda de un piano corresponderá a las notas más graves y estará en clave de fa, mientras que la parte derecha tiene las más agudas y está en clave de sol.
Todos estos elementos combinados gracias al pentagrama son los que forman la partitura de una obra musical, del mismo modo que las letras conforman una obra literaria.
La semana que viene nos vemos con más temas de este estilo. Me alegra poder darle otra salida al estudio. Espero que no sean tan plomizo como pueda parecer. A mí me parece bonito y me esperanza que también os lo parezca a vosotros.
jueves, 15 de agosto de 2024
Descubriendo a... Propiedades del sonido e historia de la notación
jueves, 8 de agosto de 2024
Descubriendo a... Música: Origen y fundamentos
No tengo ni idea de cómo voy a titular este artículo, así que iré escribiendo y seguramente al final acabe con un título.
El oído de los animales, entre los que nos incluyo, ha sido desde tiempos prehistóricos un sistema de defensa que ha garantizado nuestra supervivencia y nuestro contacto con el sonido nos llevó a la creación de las primeras obras musicales.
Imagino que no nos llevó mucho tiempo determinar qué sonidos eran amistosos, suaves, fuertes, únicos o propios. El caso, y de esto estoy convencido, es que escuchamos un sonido en aquellos e intentamos replicarlo para incorporarlo a la experiencia de vivir.
Imaginemos el sonido de las ramas de un árbol mecidas por el viento y a un grupo de primitivos intentando replicar ese sonido las veces que hiciese falta hasta conseguirlo. Eso, sin duda, es un punto a favor de nuestra evolución sensorial.
Ahora llega lo bueno. Mientras golpean rocas, muros y árboles, estos humanos primitivos son poseídos por una secuencia que todavía no comprenden. Algo late dentro de sus pechos que les incita a golpear de forma distinta. Entienden que eso que tienen dentro parece estar vivo, pero de forma independiente a ello. Esta entidad se delata al producir un boom constante que estos humanos incorporan a la velocidad con la que golpean ese boom y así nace el ritmo musical, que más adelante perfeccionarían.
Apliquemos esto mismo con la voz. Un animal grita y en su afán de comprender e imitar la naturaleza, este grupo al que vamos a llamar ‘’ Los primates ‘’, replican esos gritos, dándose cuenta de que las señoras tienen unos tonos distintos a los de los señores y que, dependiendo de la intensidad, la voz puede cambiar. A partir de ahí siguen la secuencia natural de esos sonidos y, sin saberlo, crean la melodía. Salvando las distancias y haciendo el esfuerzo de entender lo que para ellos significaría eso.
Más tarde y valiéndose de lo que han experimentado, van añadiendo gente a esto que les suena tan bien. El sonido conjunto crea lo que hoy llamaríamos armonía.
La música, al contrario que otras artes, se desarrolla en función del tiempo, por eso vamos a entender como ritmo la relación que hay entre la duración y acentuación de los sonidos y la distribución de las notas musicales dentro de ese tiempo.
Debemos entender que el ritmo es un aspecto fundamental para la música. No hay melodía que exista sin ritmo. Sin embargo, si puede haber ritmo sin melodía, como por ejemplo en las batucadas brasileñas.
Me gustaría resaltar, para acabar lo que ya se ha convertido en la primera parte de un repaso a la música, que el silencio es otro elemento indispensable ya que certifica el ritmo. Tenemos los sonidos en el orden natural seguidos de una serie de silencios que establecen los ritmos y facilitan la interpretación de los mismos a nuestros primitivos.
Lo dejo aquí para que esto no sea una lectura insoportable con la promesa de volver sobre este tema y avanzar lo que me sea posible en este asunto que tanto me interesó en mi primera y última juventud.
Nos vemos la semana que viene para seguir definiendo conceptos, hablar del ruido y las propiedades del sonido. Si me animo, hasta puedo empollarme el tema de las partituras. Ya veremos.