MÚSICA PARA COLECCIONISTAS
Nos engañan como quieren. El otro día estuve en una gran superficie dedicada a la cultura y vi que los discos de vinilo habían recriado como la infestación xenomorfa del Planeta 426. Había filas y filas. Y los tocadiscos para disfrutar de ellos. Mientras tanto los pobres discos compactos arrinconados en una estantería y a precios exorbitantes como 20 euros. Bueno, y luego estaban algunos abandonados en un cajón de ofertas a 2,99 pero eran todos de grupos y artistas nacionales. Nada de grupos extranjeros, lo cual me llamó la atención. Tiene narices la cosa. Hace años nos vendieron la moto de que los discos compactos sonaban mejor, tenían mejor calidad de sonido que los vinilos. Que esa es otra, si vamos a hablar de calidad de sonido según algunos expertos los nuevos vinilos no suenan tan bien ni de coña comparados con los antiguos. Total que hace años les dio por potenciar el disco compacto y ahora lo abandonan para traer de vuelta de la tumba a los vinilos, cual monstruo de Frankenstein torpe y desgarbado. Lo dicho, nos engañan como les da la gana. ¿No sería más normal haber dejado los discos compactos tal y como estaban? Y ya si quiere usted volver a vender vinilos, pues muy bien. Pero lo que se ha logrado no debería tirarse por la ventana. Vale que los discos de vinilo tienen las carátulas enormes, y se ve todo muy bien. Todavía recuerdo el que tenía mi hermano de “Piece of Mind” de Iron Maiden en el que venía una foto gigante del grupo dispuestos a comerse un cerebro que estaba encima de una bandeja cual festín vikingo-caníbal. O los fotones que venían en el disco de Olivia Newton-John “S&M”. Reconozco que en eso ganan a los discos compactos. Pero ¿qué me dicen del espacio que ocupan los vinilos? Son enormes. En un lugar donde guardas varios vinilos te caben como cincuenta discos compactos o más. Y teniendo las casas que tenemos la mayoría hay que pensar también en el sitio. Además, ya me he acostumbrado a los CDs recojones. Primero nos quitaron las cintas de casete, que ahora tratan también de revivir. Luego los vinilos y ahora los discos compactos. Y mejor no hablar de los videos VHS, los DVDs y los Blu-Rays esos. Lo dicho, nos tangan cosa mala, oiga. Y encima vendiendo material de peor calidad. Total que tendré que buscar alguna tienda donde vendan discos compactos que acabarán por convertirse en un objeto de coleccionista. Y dentro de unos diez o veinte años vendrán a intentar venderlos de nuevo diciendo que la calidad de sonido es mejor que la del vinilo. Así seguirá el círculo girando y girando. Y nosotros soltando cada vez más dinero, porque no duden ustedes que esos discos compactos del futuro valdrán como tres o cuatro veces más que los de hoy. Menuda panda de chorizos, chacho. Bueno voy a dejar de hacer el abuelo pesado que cuenta batallitas y les recomendaré el disco de la semana, que es por lo que ustedes han venido, supongo. Llevo toda la semana mirando videos de blues en Twitter/X, porque la verdad, estoy hasta el gorro de los tweets sobre el debate entre Trump y la Kamala, de la lucha por la audiencia de Motos y Broncano y del Gran Hermano. Así que me refugio en mis mierdas mayormente tweets de cómics, “Star Trek” y videos de blues. ¿Ven? Si todavía vendieran discos compactos en las grandes superficies yo me iría a buscar algunos de Steve Ray Vaughan, B.B. King, Gary Moore, Eric Clapton o hasta de Neil Young que no sé si los “ejpertos” lo meterán dentro del Blues, pero es que de ese señor no tengo ningún disco. Pero nada de nada. Bueno, al lío, el disco que les traigo ésta semana se titula “Riding with the King” de B.B. King y Eric Clapton y se trata de lo que en los cómics se conoce como “Team-Up” que es cuando dos personajes hacen equipo para inflar a hostias al malo de turno. Fue la primera vez que estos dos maestros del Blues colaboraron en un disco y salió al mercado en junio del año 2000. Alcanzó el número uno en la lista de Billboard y ganó el premio Grammy en 2001 en la categoría de Mejor Álbum de Blues Tradicional. Aunque éste es su primer álbum juntos Eric Clapton ya había tocado junto a B.B. King con apenas 22 años en el año 1967 en un concierto en Nueva York. King también había colaborado con él en la canción “Rock Me Baby” que apareció en el álbum “Deuces Wild” en el que Clapton llevaba a cabo duetos con otros grandes artistas. Volviendo a “Riding with the King” las canciones que más me gustan del álbum, además de la que le da título son “Marry You”, “I Wanna Be” y “Help the Poor”. Ea, pues voy a ver si encuentro alguna tienda en la que vendan discos compactos. Lo prefiero a bajarme mierdas de Skynet, la verdad. Manías de coleccionista. Ya saben, no olviden supervitaminarse y mineralizarse. Y viva el formato físico, carajo.
TELLY CHAVALAS
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