MÚSICA PARA PELEAR EN EL HIELO
El otro día descubrí que como mejor se lee es en silencio. Pero incluso los cómics oiga. “Qué cosas tiene el Telly”, dirán ustedes, “acaba de descubrir la pólvora el tío”. A ver, que sí, que llevan razón. Mis lectores son mis clientes, y éstos siempre tienen la razón. Yo no soy como algunos guionistas de esos que se están cargando los cómics americanos que, cabreados por la reciente victoria de Trump en las elecciones, avisan de que su calidad como tales se va a ver mermada. Incluso hay una guionista, de la que no diré el nombre porque se cuenta el pecado pero no el pecador, que aboga porque todos los hombres que quieran apoyar a las mujeres sean esterilizados. Me temo lo que piensa hacer con los que no las apoyan. Así que sí, tienen razón, soy un flipado. Pero es que durante mucho tiempo, por circunstancias, me he visto obligado a usar la música como un “muro sónico” para poder concentrarme en las lecturas. Y me funcionaba. Sobre todo con discos que he escuchado tantas veces que ya me sé de memoria. Pero como Dios, el Universo o llámalo X es un cachondo suele andar cambiando constantemente las circunstancias. Y ahora que eso ya no me es necesario y puedo disfrutar de la lectura en silencio pues lo he notado. El descubrimiento de la pólvora mejor se lo dejaremos a los chinos.
Así que estaba yo el otro día, apesadumbrado, pensando en que ahora iba a escuchar mucha menos música que antes. Si ya no la uso para leer quedará relegada a actividades como andar, navegar por Skynet, mover material, dibujar o pintar miniaturas cosa que hace mucho que no hago, tanto que se me han secado algunos botes de pintura. El sorprendente hallazgo lo hice mientras intentaba terminarme un libro de Star Wars titulado “La espada oscura” de Kevin J. Anderson, conocido por encargarse de escribir las precuelas de Dune junto al hijo de Frank Herbert. Si no las han leído se las recomiendo. Y el de Star Wars, claro. Es un libro de esos que decía la necia de Kathleen Kennedy que la franquicia no tenía en los que basarse. Y hay como más de doscientos de ellos del Universo Expandido, que viene a ser una historia coherente sobre lo que ocurrió después de “El retorno del Jedi” desarrollada conjuntamente por varios escritores y escritoras de ciencia ficción. Incluso se consultaban los argumentos para no pisarse unos a otros. Todo eso lo tiró a la basura Lucasfilm cuando acabó en manos de Disney.
Y ya llegamos a la música. Estaba disfrutando el otro día de éste libro mientras escuchaba un disco de Iron Maiden que de seguro les he recomendado anteriormente. El titulado “Brave New World”. Es cierto que cuando se conjuga la lectura con ciertas canciones muy buenas se disfruta mucho más de ella. Pero nada comparado con el silencio. Con esto no quiero tirar por tierra el disco, ya me entienden. Sobre todo porque trae grandísimas canciones de la banda como “Blood Brothers”, “The Mercenary”, “The Thin Line Between Love and Hate”, “Out of the Silent Planet” (la que más me gusta del álbum) o la que da título al disco “Brave New World” inspirada por la novela de Aldous Huxley “Un mundo feliz”. Mira, uno de los pocos libros de ciencia ficción que me hicieron leer en el colegio junto a “Yo Robot” de Isaac Asimov y “El mundo perdido” de Arthur Conan Doyle. Es el doceavo álbum en estudio de la banda y supuso la vuelta del amigo Bruce Dickinson a la misma. La portada fue realizada al alimón por Derek Riggs, que se encargó de la parte superior de la misma y Steve Stone que realizó digitalmente la parte inferior. El guitarrista Adrian Smith también lo eligió para volver a trabajar con la banda y lo cierto es que se nota la vuelta tanto de él como de Dickinson. Ya saben que para mi gusto los discos de Iron Maiden sin Dickinson son un poco menos Iron Maiden. Y que me perdone el recientemente fallecido Paul Di’Anno que en gloria esté. Así que lo que ocurrió es que el disco terminó, el reproductor de discos compactos se quedó en silencio y yo seguí leyendo las aventuras de Han Solo, Chewbacca, Leia Organa, Luke Skywalker, su parienta Calista, Durga el Hutt, Crix Madine, la almirante Daala y el capitán Pellaeon. Por pura vagancia y pereza pasé de levantarme a darle otra vez al play y seguí leyendo muy interesado cómo un grupo de wampas intentaba zamparse a Skywalker y su novieta en las llanuras heladas de Hoth. Y pensar en las mierdas que nos ha metido por las córneas la dichosa Disney. Bueno, no les doy más la turra, no olviden supervitaminarse y mineralizarse.
TELLY CHAVALAS
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