Cuando era pequeño mi hermano tenía una cinta de casete con la banda sonora de una película de Sergio Leone. No recuerdo si era “La muerte tenía un precio” o “Por un puñado de dólares”. Yo, como era muy pequeño todavía no había visto las películas pero el tono de las mismas ya podía imaginármelo por la música, así de grande es Ennio Morricone, bueno y mi hermano que muchas veces se ponía a jugar conmigo a indios y vaqueros con los clicks y los airgamboys. Con el tiempo acabé viendo las películas y todavía me aficioné más a la música de Morricone. A lo largo de los años intenté hacerme con discos recopilatorios de bandas sonoras de películas del Oeste. Sí, me gustan esas películas, son un gusto adquirido de haber crecido en los ochenta o quizá de tener una familia en la que se veían mucho. Total que siempre estaba buscando esos discos y de vez en cuando picaba con alguno y me llevaba un chasco monumental. Resulta que la música era interpretada por, digamos, la Filarmónica de Gotham City, y los trucos típicos de Morricone como los silbidos, los coros y demás pues no estaban muy bien logrados, la verdad, así que aparcaba por ahí el disco en cuestión y no volvía a ponerlo. Con el tiempo me pude hacer con la banda sonora de “El bueno, el feo y el malo” que es magnífica y cuyo tema “L’estasi dell’oro” (“The Ecstasy of Gold”) suele emplear el grupo Metallica para abrir sus conciertos. Me falta todavía echarle las urpas a las bandas sonoras de “Por un puñado de dólares” y “La muerte tenía un precio”. La de “Le llamaban Trinidad”, de otro gran músico italiano Franco Micalizzi, también estaría bien, más que nada porque es la que “tomó prestada” Quentin Tarantino para emplearla en su “Django desencadenado” convirtiéndose en el único tipo al oeste del Mississippi que ha conseguido robarle al bueno de Trinidad. Lo que sí encontré un día de mi cumpleaños fue un gran filón, nada menos que una lata con tres discos recopilatorios con las canciones principales de multitud de películas del Oeste tanto estadounidenses como europeas. Y además son las originales, las que se podían escuchar en las películas. Nada de interpretaciones de Filarmónicas de Gotham City ni zarandajas parecidas. Quizá algunos de ustedes estén de bajón porque se les han terminado las vacaciones y están de nuevo en la galera remando junto a Ben-Hur. El doctor Telly les recomienda que se pongan el tema principal de “Los siete magníficos”. Eso animaría hasta a un muerto y te da energía suficiente para ir a defender un pueblo mejicano del ataque de cualquier bandido si se tercia. Y todo empezó con una simple cinta de casete. Ea, disfruten lo que puedan y les dejen.
TELLY CHAVALAS
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