viernes, 17 de septiembre de 2021

El Cajón de Telly Chavalas

MÚSICA PARA LEER Y ESCRIBIR

Estaba el otro día escuchando un podcast en Skynet, perdón, Internet sobre espada y brujería llamado “Rogues in the House” (si saben inglés se lo recomiendo) en el que el autor de novelas históricas y relatos de espada y brujería Scott Oden describía las condiciones ideales en las que le gustaba escribir. Curiosamente y a diferencia de muchos autores no lo hacía a gusto en un silencio total y necesitaba algo de música, eso sí sin cantantes que le distrajeran. Así que el hombre contó que solía emplear habitualmente tres bandas sonoras, la de “Conan, el bárbaro” (1982) de Basil Poledouris, la de “Gladiator” (2000) de Hans Zimmer y Lisa Gerrard y la más reciente de “Rey Arturo: la leyenda de Excalibur” (2017) de Daniel Pemberton. Ésta última fue muy alabada por los otros participantes del programa y por lo visto es muy recomendable para partidas de rol tipo Dragones y mazmorras, jugar a algún videojuego o simplemente para leerse un cómic de Conan. Yo utilizo mucho la música para acompañar otras actividades como les he contado en multitud de ocasiones, sobre todo para leer, dibujar o pintar miniaturas. Además incluso puedo utilizar música en la que sí haya cantantes siempre y cuando sea un disco que he escuchado muchísimas veces como el “Long Live Rock ‘n’ Roll” o el “Down to Earth” de Rainbow. Debe de ser que el cerebro ya se lo sabe de memoria y acaba desconectando. Además, ¿cómo me va a molestar a mí la voz de Ronnie James Dio? De hecho cuando era más chavaluco tenía un disco de éstos para leer cómics de Conan y el otro para leer tebeos del Juez Dredd, vaya usted a saber por qué. Pero con el tiempo se me ha olvidado cuál es cuál, así que ahora los dos valen para esos dos temas y en paz. También recuerdo que a finales de los noventa estábamos todos locos (bueno los frikis nada más) con la nueva película de Star Wars que preparaba George Lucas. A principios del verano de 1999, poco antes de su estreno, cometí la tropelía de comprarme la banda sonora de la película, obra del gran John Williams. Y además amplié el crimen escuchándola mientras leía la serie de cómics de “La casta de los metabarones” de Alejandro Jodorowsky y Juan Giménez. Esos tebeos son una maravilla y se los recomiendo, sobre todo a los fans de sagas galácticas tipo “Dune”. Total que me pasé todo el verano usando la banda sonora de “La amenaza fantasma” para leer dichos tebeos y cuando vi la película me llevé un poco de decepción. Mi perjudicado cerebro habituado a la mezcla de ésa música con el cómic preguntaba “¿dónde está el Metabarón? ¿y la Endoguardia Púrpura? ¿Y los cabrones de los tecnotecnos?”. Con el tiempo la película me ha acabado gustando y todo. Como dice el refrán “Otros vendrán que bueno me harán” ¿verdad Rian Johnson? A día de hoy cuando releo ésos cómics aún me pongo la banda sonora de “La amenaza fantasma” y les puedo asegurar que no me acuerdo de ningún gungan payasete cuando lo hago. Ni del moñas de Rian Johnson tampoco. Bueno, que me dejo llevar por mis demonios. La música es importante amigos y amigas y vale para muchas cosas. He conocido gente a la que no le gustaba y casi no escuchaban música y la verdad, no sé cómo pueden transitar por éste mundo de mierda sin esa armadura. En fin. Pues nada, cuídense y disfruten todo lo que puedan y les dejen los demás.

TELLY CHAVALAS





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