MÚSICA PARA CAMINANTES
Sosiego y calma, con el título me refiero a gente andando para hacer un ejercicio sano y sobre todo seguro para la patata, también conocida como corazón, nada de zombis, caminantes blancos ni nada de eso, aunque como están las cosas últimamente ya uno se lo espera todo. Hasta unos putos zombis. Verán yo siempre he sido, digamos, orondo. Vale, seamos realistas, diré mejor: gordo. Yo siempre he sido algo gordo, entrado en carnes o bajo de tórax como decía Obélix. Total que siempre he tenido periodos oscuros en mi vida en los que he intentado adelgazar algo, sin éxito, ya les hago el spoiler de antemano. Nací gordo y tragón y gordo y tragón me moriré, qué se le va a hacer. Total que en esos tiempos oscuros intentaba bajar algo de peso andando un poco todos los días, más o menos entre media hora y una hora a ser posible. Y les aseguro que andar me gusta, pero cuando puedes ir con alguien hablando de chorradas, no sé, cómics, películas, novelas, en fin, las mierdas que me gustan. Pero ¿andar solo? Andar solo les aseguro que es una de las cosas más aburridas que puedes hacer en ésta vida. Es un tostón infumable, no paras de mirar el reloj a ver si has hecho el tiempo que querías, piensas en tonterías, te cansas antes de tiempo. En general un verdadero peñazo infecto. Yo creo que por eso la gente hace “footing”, hoy conocido como “running”. Supongo que si vas corriendo te parece que se pasa antes la tortura. Pero ¿andar? Andar es un rollo macabeo. Total que un día me dio por llevarme el discman y ponerme varios discos y la verdad es que la cosa mejoró pero mucho. Me parecía que llevaba un motor de curvatura o algo así. El tiempo se pasaba volando y terminaba el trayecto tan campante, casi capaz de andar otra media hora y todo. Por desgracia hace años el discman sufrió una especie de mutación y ya no puedo usarlo si no es en posición horizontal. Si lo pongo en vertical se aturulla y no funciona. Y la verdad es que paso de ir por ahí andando con un discman en la mano como si llevara una tarta o algo así. Pero bueno, como ya paso de adelgazar pues no hay problema. Pues eso, que con musiquita la tortura andarina era mucho más llevadera. De hecho hasta que di con el truco del discman me acordaba siempre de una siniestra novela de Stephen King titulada “La larga marcha” que publicó bajo el seudónimo de Richard Bachman. En ella un grupo de chavales participaba en una especie de concurso bestial organizado por el gobierno en el que tenían que andar todos los días y terminaban con los pies destrozados. A medida que iban pasando los días iban cayendo muertos de cansancio por el camino. Y no les cuento más que se la destripo. Se la recomiendo si pueden echarle las zarpas encima. Recuerdo que entre los discos que solía escuchar había dos del grupo Dire Straits, el “Money for Nothing” y el “On Every Street” ambos muy recomendables para hacer el hobbit andarín por tu barrio con canciones indicadas para tal actividad como “Walk of Life”, “Money for Nothing”, “Calling Elvis”, “The Bug” o “Heavy Fuel”. Otro gran disco para andar, el “Zoom” de la Electric Light Orchestra, quizá no tan marchoso como los de los Dire Straits pero igual de entretenido de oír mientras te machacas los pinreles en busca de la tierra prometida de los delgados sin panza. Y para marcha la del otro disco que solía utilizar, el “Dr. Feelgood” de los Mötley Crüe con grandes temas como el que da título al disco y otros aún más cañeros como “Rattlesnake Shake”, “Kickstart My Heart”, “Sticky Sweet” o “She Goes Down”. Además en éste disco incluyeron varias demos de las canciones muy interesantes de escuchar si te gusta comparar. Ya sé, ya sé que están pensando que soy un cavernícola y que si no sé lo que es un MP3 o un MP4. Supongo que ahora Skynet habrá sacado ya el MP8 o 9. A ver, en las películas originales de Star Wars los malos estaban muy cerca de la tecnología mientras que los buenos estaban más cerca de la naturaleza, los ositos ewok, los arbolitos y su puta madre. Incluso uno de sus almirantes era un calamar. Así que yo pillé el mensaje en los ochenta. A saber: “demasiada tecnología no es buena”. O más bien, les confieso que soy un vago que no quiere aprender a usar nuevos sistemas y un rácano que guarda su dinero para drogas más interesantes como los cómics, por ejemplo. Así que seguiré usando la porquería de tecnología que tengo a mi alcance mientras pueda y me funcione. Ea, a disfrutar todo lo que les dejen y cuídense. Y anden, que es muy bueno para el corazón.
TELLY CHAVALAS
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