MÚSICA PARA MURCIÉLAGOS METÁLICOS
Nunca le he tenido mucho aprecio a eso de crecer, madurar, hacerse adulto. Como decía H.P. Lovecraft “la edad adulta es el infierno”. Y qué razón llevaba. Así que siempre que puedo intento volver a ser un puto crío que te lo pasas mejor. Pero aunque no quieras al final te vas haciendo viejo y te das cuenta de los cambios de opinión en los que vas incurriendo. Por ejemplo, a mí de chaval me gustaba más Superman que Batman. Quizá fuera por la película de Richard Donner vaya usted a saber pero el caso es que me gustaba más. De hecho recuerdo que me compraron una figura de la marca Mego de Batman un domingo en el Rastro. No había de Superman así que acabé llevándome al Hombre-Murciélago. Pero yo en aquella época devoraba los tebeos de Superman no los de Batman así que no quedé muy convencido con la figura de Mego. Hasta que di con el cómic titulado “Batman, el Superman del Planeta X” publicado por primera vez en febrero de 1958 y en el que Batman terminaba en otro mundo en el que tenía los mismos poderes de Superman en la Tierra. Allí ayudaba al Batman de aquél planeta a luchar contra una invasión alienígena. Total que yo en ése cómic, que debí consumir en su edición de Novaro, vi al Batman que me molaba, uno que era como Superman, volaba, daba hostiones a robots gigantes, vamos lo que me interesaba en aquella época cerril. Los que se hayan leído el “Batman R.I.P.” de Grant Morrison les sonará la historia porque de ahí nace el Batman de Zur-En-Ahr. Está incluida en un tomo titulado “Los archivos negros” que apareció con motivo del “Batman R.I.P.” Total que con los años al final me ha ido gustando más Batman y ahora que soy un viejuno amargado me atraen más las historias del vigilante de Gotham City. Mayormente, tampoco lo digo con mucha seguridad. Una buena historia de Superman con marcianadas siempre es bienvenida, pero cuesta más encontrarlas ahora que a Superman le han sacado un hijo y le han convertido en un padre de familia y tal. De hecho a ojo creo que a día de hoy tengo más cómics de Batman que de Superman. ¿Y la música? Tranquilos ya llego al tema. Resulta que con Metálica me pasaba lo mismo que con Batman. Cuando era jovenzuelo y mis colegas del colegio me recomendaban la banda no les hacía mucho caso. Ellos andaban siempre trapicheando con casetes de la banda y yo pasaba un poco, la verdad. Hay que decir que otros experimentos musicales suyos como la banda satánica Venom tampoco me convencieron demasiado y quizá por eso dudé cuando me recomendaron Metálica. Total que al final le he pillado gustillo a la banda siendo ya un adulto. Me habría gustado mucho poder disfrutar de ella siendo chavaluco al igual que flipé con Rainbow, Manowar, Judas Priest, Ozzy Osbourne o Black Sabbath al igual que me habría gustado poder disfrutar más de aquél Mego de Batman. Pero las cosas suceden como suceden y así son. Lamentarse no sirve de mucho. He de decir que he intentado con ambos hacerles justicia de mayor así que siempre que he podido me he comprado tantos discos de Metálica como me ha permitido mi pobre billetera. He de decir que algunos vídeos de la banda terminaron de convencerme en soltar el dinero en los discos. Los que más me gustan son el “Black Album”, el “Reload” y el “S&M” que me recuerda un disco que tenía mi hermano titulado “Classic Rock, Rock Classic” en el que una orquesta interpretaba grandes temas del género. Creo que ya les he hablado de él en otra ocasión. He de admitir que una de las ventajas de ser “adulto” es recopilar información y conectar unos datos con otros. Cuando te enteras de que la banda tiene una canción dedicada a Cthulhu o que abren sus conciertos con el tema “Ecstasy of Gold” de la banda sonora de “El bueno, el feo y el malo” de Sergio Leone pues te acaban gustando incluso más. Así que en plan justiciero siempre que veo un disco de Metálica barato le echo las urpas sin pensarlo. Ya no me quedan muchos para completar la colección. Con Batman sin embargo cometí un pequeño pecado. En un Expocómic me encontré una nueva edición de un Superman de Mego y fue el que me compré. Quizá para resarcir al niño interior que hace años quería uno igual en el Rastro y tuvo que conformarse con el Hombre-Murciélago de Gotham. Me costó cerca de 30 euritos y aunque fue en una época en la que podía permitírmelo tuve que elegir entre él y Batman así que allí se quedó el pobre Bruce Wayne. Debería haber comprado ambas figuras pero era demasiada pasta así que se vino para casa el Kriptoniano. Ea, otra tarea a completar como la discografía de Metálica, porque mi Batman de Mego comprado en el Rastro a saber dónde estará el pobre. Por cierto hay ahora un anuncio de coches en el que utilizan el tema “Nothing Else Matters” de la banda pero cantado por unos niños con un ritmo más lento. El otro día por fin mi cerebro identificó la canción que estaba dando vueltas por mi cabeza durante toda una tarde después de verlo. Ya saben, los anuncios siempre destrozando las buenas canciones. Bueno, no les aburro más, cuídense, disfruten y no olviden supervitaminarse y mineralizarse.
TELLY CHAVALAS
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