viernes, 25 de noviembre de 2022

El Cajón de Telly Chavalas

MÚSICA PARA GAMBERROS METÁLICOS ANTIDEPRESIVOS

Una de las formas que tenían los heavys ochenteros de vender la burra invidente a personas a las que no les gustaba ése tipo de música era vacilar de las grandes baladas que daba el género. Baladas. Me cago en ellas igual que me cagaba en ellas en los ochenta. Paparruchas. Creo que AC/DC debe de tener baladas que se pueden contar con los dedos de una mano, si es que acaso las tienen que ahora mismo estoy dudando. El intento de venta del jumento cegato solía tener que ver con especímenes del sexo opuesto. Vamos que venía a ser una estrategia para echarle las babas a alguna. Quizá pensaban que vender el “género” gracias a las canciones lentas y moñas era una buena estrategia, vaya usted a saber. Pero la verdad es que a mí la música deprimente siempre me ha tocado las narices. Esas canciones lloronas para hundirse más en la mierda de lo que ya estás, pues me joden, que quieren que les diga. A mí me gusta la música marchosa, cañera y a ser posible bien hecha. Pero un señor o una señora sollozando por un amor perdido y mierdas de ésas pues me indignan la verdad. Si pudiera echarle mano al Guantelete del Infinito me hacía un Thanos y las borraba de la existencia con un chasquido. Qué peñazo, madre mía. Vale que alguna canción bien escrita de ritmo más lento pueda venir bien en algún momento dado. Y así a bote pronto me vienen tres personas que las hacen de puta madre, Joaquín Sabina, Chris Rea y Van Morrison. Pero por muy buenas que sean no creo que te acaben levantando el ánimo y son ganas de sufrir y de hundirse más en la alcantarilla, tanto que a lo mejor acabas comiendo pizzas con el puto maestro Splinter. Y si están bien escritas y compuestas pueden incluso hundirte más todavía. Quizá sea un problema mío pero siempre que puedo evito regodearme en la tristeza. Ése camino no lleva a sitios muy alegres. En ésas épocas es mejor tirar por el camino del gamberreo y procurar olvidar cuanto antes el percance. Lo que viene siendo levantar el vuelo. Pero éstos cantautores que se regodean en la tristeza, no sé, no acaban de convencerme. Seguramente para mucha gente esto les parecerá un sacrilegio. A mí me lo parece el hozar cual cochino en albañal en tus propias miserias. De ahí no puede salir nada bueno o al menos eso creo. Y el otro día de madrugada mientras echaba un pis y pensaba en estas cosas ya les digo que me saltó al cerebro el nombre de AC/DC como uno de los pocos grupos que ha renunciado a las baladas moñas. Hace años, antes de que se estrenara “Armageddon” (1998) del estocástico Michael Bay a mí me gustaba el grupo Aerosmith. De hecho tenía dos discos de ellos “Eat the Rich” y “Pump”. En ellos incluso podían escucharse eructos como tras la canción que daba título al primero. O sonidos gamberros de bajadas de cremallera como en “Love in an Elevator”. Pero llegó la película del meteorito ésa. Reconozco que a mí me gusta más “Deep Impact” de Mimi Leder, más que nada porque Robert Duvall le da veinte vueltas a Bruce Willis. Pero la verdad es que las escenas moñas de Liv Tyler y Ben Affleck en “Armageddon” te hacen desear que el troncho de roca caiga en mitad del planeta y aniquile a esos putos simios de mierda. Joder, sacaron al reptiliano que había en mí. Y ahí dejó de gustarme Aerosmith. Ya no volví a comprar discos suyos no fuera a ser que mi cerebro volviera a reproducir esas horribles imágenes de una vergüenza ajena de nivel cósmico, nunca mejor dicho. Así que lo dicho, que me defeco en las baladas moñas y que viva AC/DC joder. Ahí les dejo el disco “For Those About to Rock” que tiene grandes canciones como “Inject the Venom”, “C.O.D”, “Let’s Get It Up”, “Evil Walks” o “I Put the Finger on You” que mi cerebro perturbado traduce como “Te hago una peineta” que es lo que le hago yo a las baladas moñas, las canciones tristes y el porno de bajona de muchos cantamañanas trasnochados. Creo que quizá ya se lo haya recomendado pero ustedes me perdonarán porque soy viejuno y se me olvidan las cosas. Ea cuídense y no olviden supervitaminarse y mineralizarse.

TELLY CHAVALAS



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