jueves, 10 de agosto de 2023

Descubriendo a...

Estoy de vacaciones y he conocido a alguien con quien compartí impresiones y cánticos de las canciones Disney de los años 90. Una pequeña brecha generacional nos separaba, pero logramos encontrarnos en un cruce de caminos en el que lo que en los 90 era para todos, seguía siéndolo en 2023. 
El elemento de nostalgia era evidente y necesario, pero me di cuenta de que había verdad en las palabras de esa persona cuando me decía que aquello que marcó su infancia seguía haciéndolo a día de hoy. Hablamos de ‘’ Mulán ‘’, ‘’ Hércules ‘’ y ‘’ El rey león ‘’, haciendo hincapié en sus respectivas canciones más famosas. 
Aparte de la agradable velada que compartimos, hoy me pregunto qué tendrían esas películas y sus canciones para que su mensaje y sintonía hayan quedado marcados de forma indeleble en el corazón de tanta gente que creció con ellas. La falta de alma de productos parecidos en la actualidad suele ser el argumento ganador. En mi opinión, es algo más complicado que eso, pero es interesante cómo el argumento reduccionista se impone para convencer a la gente de que algo tiene una única explicación y se acabó. 
Mi desconexión con este tipo de productos me incapacita para dar una opinión fundada, pero es cierto que no siento la presencia de canciones Disney en conversaciones actuales. Tal vez haya sido el desarrollo inevitable del arte y la falta de ingenuidad que los niños han ido teniendo en generaciones posteriores a las anteriormente citadas. Diría que si le pones ‘’ Tarzán ‘’ a un niño sigue conectando a cierto nivel, pero la hilazón con las canciones, que es lo que nos ocupa, no lo tengo tan claro. 
La pregunta que lanzo es: ¿Ha dejado de ser la letra de las canciones de cine un vehículo capaz de transmitir la expresión básica de su historia? 
Consideré un pequeño fracaso que la música de una película como ‘’ Brave ‘’ pasara sin pena ni gloria por el público. Fue destacada como experiencia, pero la música empezaba a resentirse y en una sociedad cuyo empeño principal es la preocupación de poder transmitir valores a los niños a través del arte, sin duda resulta extraño que se descuide ese aspecto. Es como si el significado hubiera acabado devorado por el significante y el fondo por la forma. Me resistiré a creer esto a pies juntillas hasta el final, pero la balanza se decanta por el lado desfavorable.

Daniel



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