jueves, 5 de octubre de 2023

Descubriendo a... La La Land

Llevo un tiempo pensando que se debería traer a ‘’ La La Land ‘’ a la palestra una vez más. En este mundo de fenómenos que sucumben tan rápido ante los que les preceden, conviene quedarse con lo que tiene importancia de por sí, y creo que ‘’ La La Land ‘’ la tuvo. No solo por ser un producto estimable en lo que a cinematografía se refiere. Hablo de esa segunda vida que vive la película a través de su música. Resulta difícil pensar en un musical mejor en los tiempos actuales, pero añadiría que tiene una bondad mayor, que es su capacidad de animar a aquellos que no les gusta el musical a que se sumerjan en este mundillo. 
Todo indica, y nada lo oculta, que es un mundo de sentimientos blandos e inmediatos, lo que a priori debería parecernos sospechoso, pero si lo abordamos con un interés más neutro, será fácil comprobar como esos musicales ayudaron a que la gramática cinematográfica avanzara. En ese sentido, el musical se prestar a ser el perfecto campo de pruebas para el juego de planos, pero aquí hablamos de la música y el oído no queda insatisfecho. Si reducimos ‘’ La La Land ‘’ al trabajo de su compositor, Justin Hurwitz, encontraremos una experiencia propia de la película, pero también una de las grandes bandas sonoras recientes. Llamadlo intuición o puro sentimiento, no importa porque el resultado es el mismo. Difícil encontrar algo tan bonito y que sirva tan bien a lo que acompaña. Y hablando de esa segunda vida que vive ajena al soporte visual, diré que es una de las más memorables en ese sentido. Si, la estoy escuchando mientras escribo, pero todos podríamos hacerlo. Esa es la cuestión. Para mí es importante tener música acompañándome mientras escribo o hago otras cosas. Contar con esta banda sonora es un regalo considerable si tenemos en cuenta las semejanzas en las que muchas bandas sonoras actuales suelen compartir. No quiero volver gratuitamente a ‘’ Misión Imposible ‘’, pero sería el ejemplo perfecto de banda sonora neutra que solo acompaña y los ejemplos de otros casos son numerosos. 
Justin Hurwitz es el compositor de cabecera de Damien Chazelle y esta colaboración ha arrancado de la inexistencia maravillas que no debemos pasar por alto. Tres ejemplos claros: Whiplash, La La Land y Babylon. 
Yo me quedaría con ‘’ La La Land ‘’ por motivos sentimentales, si me preguntáis, pero a las otras no se las salta un galgo. Realmente hay que aplaudir la sensibilidad, la precisión y la inventiva de ponerse delante del papel pautado en blanco y crear algo tan bonito y original para traerlo a un mundo que parece haberlo creado todo. Recomiendo dedicarle un buen rato y de forma incompartida. The complete musical experience dura una hora y media y no llego a expresar con palabras lo mucho que merece la pena. Revivid esta experiencia y recuperad el fenómeno que sacudió a tanta gente en el aquel lejano 2016.  

Daniel 

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