MÚSICA PARA LECTORES VERANIEGOS DE CIENCIA FICCIÓN
El puto verano, ésa época de calor y mucho tiempo libre. Y para huir de todo eso nada mejor que leer así que el otro día me puse otra vez con “La edad de oro de la ciencia ficción” de Isaac Asimov. Ojo, el tomo I porque hay un tomo II y no sé si habrá más, yo sólo logré hacerme con dos tomos en la Feria del Libro de la Cuesta de Moyano. Hace años, cuando aún estaba en el colegio me lo había leído de la biblioteca. Sin embargo, como tenía que devolverlo aproveché para leer sólo los relatos y me pasé por alto las partes biográficas de Asimov. Craso error porque en realidad el libro es una especie de autobiografía del autor en la que ha insertado los relatos de ciencia ficción que más le llamaron la atención de los 10 a los 20 años, según él, la edad de oro de cualquier ser humano. Antes de los 10 años no te enteras de mucho y después de los 20 te enteras de demasiadas cosas así que ésa época es una especie de Jardín del Edén en el que disfrutas de todo. Y para acompañar la lectura de semejante libro ¿qué mejor que la música de la Electric Light Orchestra? La verdad es que yo suelo ponerme mucho un grandes éxitos de la banda, el “Discovery” o la banda sonora de “Xanadú” y estos dos discos que les voy a recomendar hoy no los suelo utilizar mucho así que he aprovechado para volver a repasarlos mientras disfruto de los relatos elegidos por Asimov (y esta vez también de sus chascarrillos autobiográficos). Y los dos discos son “Time” de 1981 y “Secret Messages” de 1983. Les confieso que estuve a punto de no comprarlos porque alguna canción se repetía con el disco de grandes éxitos que ya tenía cuando los vi de oferta. Si no recuerdo mal “Twilight” era una de las que se repetía y yo como soy un raspas y siempre ando corto de dinero pues siempre miro esas cosas. Repetir es uno de los fallos más gordos que podía cometer y a veces me pasaba con cómics o algún que otro libro. Pero bueno, como sólo eran una o dos canciones al final me los compré, más que nada por intentar tener todo lo posible de la E.L.O. Y me alegro porque no hay tantas canciones repetidas y son dos discos que están muy bien, además de algún modo me parecen algo diferente al resto de álbumes que tengo de la banda. Quizá se parezcan algo más al que sacaron en 2001 el titulado “Zoom”. Así que el otro día los pillé por banda y ya tenía banda sonora para el libro de Isaac Asimov. Para leer ciencia ficción no hay nada mejor. Bueno, yo tengo la teoría de que Isaac Asimov en realidad escribía novelas de misterio o detectives disfrazadas como ciencia ficción. Un poco lo mismo que hizo George Lucas con “La guerra de las galaxias” (o “Star Wars” para los más jovenzuelos) en la que contó una historia de fantasía disfrazada de ciencia ficción, con magos guerreros (Obi-Wan Kenobi), un joven granjero protagonista (Luke Skywalker), una princesa (Leia Organa) y piratas (Han Solo y Chewbacca). Incluso tenía de villano a un Caballero Negro (Darth Vader) como si fuera una historia del Rey Arturo, con su fortaleza oscura y todo (la Estrella de la Muerte). La única novela de Isaac Asimov que me ha parecido 100% de ciencia ficción de todas las que he leído ha sido “El fin de la eternidad”. Recuerdo que a mediados de los ochenta la editorial Orbis sacó una colección de quiosco con novelas de ciencia ficción. La primera entrega traía dos novelas, “El fin de la eterninad” de Isaac Asimov y “2001: Una odisea del espacio” de Arthur C. Clarke. Mi padre me las compró en el quiosco con la esperanza de que me diera por leer algo más que tebeos. La verdad es que la jugada le salió bien y acabé leyendo, sin dejar eso sí los cómics. Al fin y al cabo leer es leer. En aquella época si seguías leyendo cómics después de ser niño eras un poco raro, retrasado o cosas aún peores. De hecho yo tuve conflictos con algunos de mis “queridos” compis de clase por seguir leyendo cómics sin ocultarlo. Me la sudaba lo que pensaran de mí ellos y ellas. Además como me dijo un profesor de literatura: “ellos sólo leen el Marca y el SuperPop así que si lees cómics ya lees más que ellos”. Al final, lo dicho, a mi padre le salió la jugada bien. De hecho años después le presté mis libros de Christian Jacq sobre Ramsés II y otros personajes egipcios y le gustaron. Siempre le tendré mucho aprecio a esas dos novelas gracias al regalo que me hizo mi padre. “El fin de la eternidad” la he leído varias veces y probablemente sea la obra de Asimov que más me gusta. ¡Anda! quizá podría leérmela de nuevo con el “Zoom” de la E.L.O. de banda sonora. Será cuestión de pensarlo. Bueno, cuídense y disfruten todo lo puedan y les dejen los demás.
TELLY CHAVALAS
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