viernes, 15 de abril de 2022

El Cajón de Telly Chavalas

MÚSICA PARA CABESTROS MELENUDOS

Hay veces en las que varias cosas acaban coincidiendo en la vida o quizá unes tú los puntos mucho después, quién sabe. En cualquier caso recuerdo una Semana Santa en la que me dio fuerte por la Espada y brujería y géneros vecinos como la Fantasía Heroica. Yo acababa de volver de un viaje de fin de curso a Italia y no sé si fue por haber visto las ruinas de la Antigua Roma o más bien por haber comprado una caja de figuras de plomo de “El Campeón Eterno” de Michael Moorcock de la marca Citadel. O quizá por el aluvión de películas de romanos que le da a las televisiones por emitir durante éstas fechas. Total, que a la vuelta coincidieron varias circunstancias y durante aquella Semana Santa disfruté como un enano (nunca mejor dicho) de ésos géneros. Naturalmente parte de ella me la pasé pintando las mencionadas figuras de plomo de “El Campeón Eterno” en las que venían varios personajes de Moorcock como Elric de Melniboné, Moonglum, Dorian Hawkmoon, Erekosë el campeón eterno o Jerry Cornelius. Coincidió también que un amigo me había dejado su ejemplar de “El Señor de los anillos” de J.R.R. Tolkien editado por el Círculo de Lectores y me tuve que leer la trilogía ésa Semana Santa para devolvérsela lo antes posible porque llevaba con ella varias más de un mes ya. Así que me di un palizón para terminar el libro, un palizón muy divertido, he de decir. A la vuelta de los años me pude hacer con un ejemplar similar que me encontré de segunda mano en la Cuesta de Moyano. Ya tenía una edición especial del libro editada por Minotauro que contenía unas magníficas ilustraciones de Alan Lee y una edición en inglés que debió aparecer cuando estrenaron la película de dibujos animados allá por 1978 porque en la portada hay un fotograma de la película con los Nazgûl. Sin embargo recordaba con cariño haber disfrutado mucho de aquella edición, la primera que me leí, así que cuando la vi no pude menos que comprarla. Además sólo me costó cinco euritos. Entre capítulo y capítulo algún que otro cómic de “La espada salvaje de Conan” o de “El Príncipe Valiente” también cayeron en mis córneas. Y para adornar musicalmente todo ése barullo de guerreros, monstruos, señoras jamonas en paños menores, brujos, enanos, elfos, señores oscuros, anillos mágicos y toda la pesca pues no se me ocurrió otra cosa que darle caña a dos discos de Manowar, “Kings of Metal” y “Sign of the Hammer” en el que había un tema dedicado a Thor. Creo que en otras ocasiones ya les he hablado de éstos dos discos, bueno, en realidad en aquella época eran cintas de casete porque todavía no tenía ni tocadiscos ni un reproductor de compact disc, aunque posteriormente me hice con ambos en dicho formato, faltaría más. En aquella época también pude hacer alguna que otra incursión a la habitación de mi hermano donde me puse dos discos de Rainbow de los que también les he hablado mucho, el “Long Live Rock’n’Roll” y el “Down to Earth”. A éstos dos también les eché las urpas en compact disc en cuanto pude y suelo ponérmelos para leer cualquier cosa sobre espada y brujería o mayormente cualquier cómic o libro en el que un cabestro melenudo arregla sus problemas a punta de espada. Entre los vinilos de mi hermano también estaba el “Black Rose” de Thin Lizzy y recuerdo haberlo escuchado mucho durante aquellos tiempos. De hecho últimamente he vuelto a leerme las aventuras de “Killraven” una serie de Marvel que les recomiendo. En ella los marcianos de H.G. Wells volvieron a invadir la tierra en 2001 esta vez con éxito dejando el planeta hecho unos zorros y a la humanidad convertida en esclava salvo Killraven y sus hombres libres que vagan por ése entorno después de haberse escapado de los corrales de gladiadores marcianos a lo Espartaco. Y como Killraven es un cabestro melenudo que arregla sus problemas a punta de espada pues eché mano de los discos de Thin Lizzy que he podido comprar. Y encajan muy bien, la verdad. En general diría que si tengo que leer algo sobre esos géneros siempre echo mano a esas bandas o ampliando un poco el círculo a cualquier disco de lo que los ochenteros conocíamos como Heavy Metal, bendito sea al igual que las litronas. Ea, disfruten todo lo que les dejen y cuídense.


TELLY CHAVALAS



 

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