Hace un tiempo traje a este blog la figura de Isao Tomita y, si mal no recuerdo, el título era ‘’ Isao Tomita y los sonidos del futuro ‘’, o algo parecido. En aquel momento, seguro que mencioné el nombre de Wendy Carlos como acompañante de ese ejercicio de traer al mundo la dignidad de la música sintetizada. Hoy voy a hablar de Wendy Carlos y cerraré este apartado de los sintetizadores. Hay que añadir que la diferencia entre Isao Tomita y Wendy Carlos es que Tomita se valía de efectos de sonido para la composición (buscar música concreta) y el trabajo de Wendy es todo música.
Originalmente Walter Carlos, Wendy dedicó el inicio de su carrera a interpretar la música de Bach en el sintetizador, algo que, a priori, debería parecernos aberrante, y no estaría del todo injustificado. Pero como suele pasar, las cosas no son tan sencillas. El lanzamiento de ‘’ Switched-On Bach ‘’ fue el álbum clásico más vendido de la historia en ese momento. Los dineros poco nos importan, pero si nos importa democratización de la música clásica. Importa que algo tan maravilloso como los clásicos llegue a la mayor cantidad de gente posible. Ya comenté esto cuando traje a Louis Clark con el ‘’ Hooked on classics ‘’. La labor musical, a veces, se debe contemplar en términos de popularización y entender que las cosas no solo se hacen por algo, sino para algo. Algo muy parecido pasó con el fenómeno de ‘’ Los tres tenores ‘’ y la difusión de la ópera a un nivel más popular.
Wendy pasó por un cambio de sexo en los años 70 que nada nos importa y nada debería haberle importado a la prensa del momento, pero la carne chorrea sangre y los tiburones son insaciables. No me detendré ni un segundo más del necesario en esto porque no es tema para un blog de música ni es tema opinar de la vida privada del personal. Basta decir que Wendy lleva su vida con la privacidad que el buen gusto exige.
Por cierto, si os parece que Isao Tomita ya lo había inventado todo cuando Wendy llegó, os equivocáis, Él mismo reconoció que los álbumes clásicos de Carlos fueron clave de su inspiración para crear los suyos. Albumes fantásticos, pero algo más inaudibles, y quien los escuche, me entenderá.
Siempre le he dado mucho crédito a Wendy, sobre todo debido al contexto en el que la descubrí. A mitad de los 70, Kubrick contactó con ella para que pusiera música a ‘’ La naranja mecánica ‘’ y estoy seguro de que todos recordaremos esa escena de sexo con la obertura de Guillermo Tell a tope de revoluciones y desestabilizándolo todo. Me parece el ejemplo perfecto de que, el sonido sintetizado puede que haya envejecido, pero no aplicado a un contexto que funciona. Años más tarde se encargaría de la música de ‘’ El resplandor ‘’ y aquí es donde yo me inclino en rendida reverencia. Una de o, directamente, la mejor película de terror, no sería lo mismo sin esas atmosferas cargadas de chirridos y ostinatos que Wendy aporta a los pasillos del Overlook. No hay más que poner la película, cerrar los ojos y sentirte rodeado por los fantasmas de la habitación 237.
Wendy tuvo unos años 80 con menos lustre con trabajos como ‘’ Tron ‘’, ‘’ La bella y la bestia ‘’ o ‘’ Pedro y el lobo ‘’ con Al Yancovic, que perfectamente podría estar en esta sección pronto. Me imagino a Wendy entregando los guantes de boxeo a los responsables y dispuesta a vivir de su jubilación de los frutos de su trabajo en concepto de royalties. Así me la imagino hoy en día y espero que se haya quedado a gusto con todo lo que ha potenciado a lo largo de su vida. Os invito a descubrir su obra y, por supuesto, a ver las películas de Kubrick en las que participó.
Daniel
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