–¿Cómo se declara el acusado? Preguntó el Juez con seriedad robótica.
–Inocente.
–¡¡Protesto!! -Gritó el Fiscal, un señor calvo, bajito y con cara mustia, tristona-. Su Señoría, tenemos grabaciones del acusado comprando casetes piratas en la plaza de Manuel Becerra a 300 pesetas la unidad que tenían la carátula fotocopiada en blanco y negro. Las obtuvieron nuestros drones espaciotemporales. También tenemos datos precisos sobre las fechorías cometidas por el acusado, como copiar casetes originales empleando radiocasetes de doble pletina y ya más adelante en la línea temporal se dedicó a utilizar el grabador de un ordenador modelo Skynet 1138-B para copiarse discos que sus amigos le habían prestado.
El Juez, un tipo que vestía un capuchón marrón y con la cara de calavera de un famoso cyborg asesino del cine de los ochenta (el que da miedo, no el de ahora que pone cortinas) observó con detenimiento al Fiscal y luego se giró para mirarme directamente a mí con sus ojos rojizos.
–¿Desea mantener su afirmación de que es inocente?
Ahí ya dudé, la verdad. Es que cuando te mira fijamente un cráneo robótico de metal la verdad es que dudas, pero al final decidí seguir por el camino que había tomado.
–Sí, sigo considerándome inocente. Puede que el Fiscal tenga datos precisos de mis fechorías como pirata musical. Pero me vi obligado a ello Su Señoría, me vi obligado. Me gusta mucho la música. Tanto que a veces no respeto ciertas cosas. En mi descargo diré que muchos de los casetes piratas que compré a 300 pesetas en la plaza de Manuel Becerra luego acabé comprándolos en Compact Disc porque me gustaban, aprovechando alguna que otra oferta, eso sí, pero fueron compras totalmente legales. También tuve que hacerlo cuando se me estropeo ése famoso radiocasete de doble pletina del que habla el Señor Fiscal. Entonces toda mi colección de casetos se fue a la mierda, perdón Señoría, a la basura porque ya no encontraba por ningún lado un reproductor. Cosa que me pasó también con el vídeo VHS, por cierto. Total, que toda mi vida he sido de infantería, Su Señoría, de clase media tirando a baja y siempre he andado corto de dinero. Siendo además adicto a los cómics, no podía hacer según qué gastos y por el precio que me costaba un caseto original podía comprarme dos en las mantas que ponían en Manuel Becerra. De hecho, creo recordar que tenían una oferta como en los supermercados y si te llevabas dos casetos te salía a 500 pesetas. Reconozco que también me copié algún que otro Compact Disc de música que me dejaban mis amigos utilizando un computador de Skynet con grabador de discos. De hecho confieso que incluso teníamos un sistema depurado. Quedaba con el amigo en cuestión en qué disco quería de mi colección, se lo grababa, yo le decía el que quería de la suya, el hacía lo mismo y luego los intercambiábamos. Además nos comportábamos como traficantes con preguntas en voz baja como: “¿has traído el bollullo?”. Así conseguí alguna que otra banda sonora que no me podía permitir comprar a su precio. Lo que me gustaría saber es porqué el Señor Fiscal no quiere meterle el cuerno, perdón Su Señoría, acusar a las compañías que vendían radiocasetes de doble pletina o a las que vendían computadoras con grabadores de discos incorporados. Ah, y he de constatar que nunca, nunca, nunca jamás me he descargado una canción de la red Sknyet…
–¡¡Protesto!! –Gritó indignado el Fiscal- Nuestros drones espaciotemporales saben positivamente que se ha descargado una canción de Frank Sinatra que se incluía en la banda sonora de la película “Joker”. De hecho, dijo mirando unos papeles, creo recordar que también se copió un disco de grandes éxitos de ése cantante.
–Frank es de los nuestros, creo que me lo perdonará allí donde esté…
–¡¡Basta!! –gritó el Juez- voy a proceder a dictar sentencia. No me queda otra que declarara al acusado…
Y ahí me desperté. O me rescató mi banda de amazonas piratas musicales espaciotemporales. O me deslicé sin darme cuenta de un mundo alternativo a otro. Lo que ustedes prefieran. Por cierto, pienso negar todo tipo de acusaciones sobre el particular. No quiero acabar cumpliendo condena en la colonia penal de Rura Penthe. Al Juez se le veía cara de ser un trekkie, seguro que iba a mandarme allí… Y lo dicho, no es por justificarme, pero al final, muchos de los casetos piratas que compré en Manuel Becerra en los ochenta acabé comprándomelos. Por ejemplo el “No Rest for the Wicked” de Ozzy Osborne, así que en el fondo aquél caseto con la carátula fotocopiada en blanco y negro sirvió para que acabara comprándome el disco original. Y dejo aquí la prueba gráfica por si me está grabando algún dron espaciotemporal del Señor Fiscal…
Hasta otra, cuídense.
TELLY CHAVALAS fue atrapado finalmente por los drones espaciotemporales del Señor Fiscal y trasladado de nuevo al futuro donde fue condenado a la colonia penal de Rura Penthe (sí, al final el Juez era un trekkie) donde cumplió nueve meses por piratería musical espaciotemporal. Fue rescatado por unas atractivas guerreras que atacaron la colonia en la fecha estelar 23859.7. En la actualidad vive oculto pero si puede encontrarlo a él y a sus amazonas quizá pueda contratarlos…
–Inocente.
–¡¡Protesto!! -Gritó el Fiscal, un señor calvo, bajito y con cara mustia, tristona-. Su Señoría, tenemos grabaciones del acusado comprando casetes piratas en la plaza de Manuel Becerra a 300 pesetas la unidad que tenían la carátula fotocopiada en blanco y negro. Las obtuvieron nuestros drones espaciotemporales. También tenemos datos precisos sobre las fechorías cometidas por el acusado, como copiar casetes originales empleando radiocasetes de doble pletina y ya más adelante en la línea temporal se dedicó a utilizar el grabador de un ordenador modelo Skynet 1138-B para copiarse discos que sus amigos le habían prestado.
El Juez, un tipo que vestía un capuchón marrón y con la cara de calavera de un famoso cyborg asesino del cine de los ochenta (el que da miedo, no el de ahora que pone cortinas) observó con detenimiento al Fiscal y luego se giró para mirarme directamente a mí con sus ojos rojizos.
–¿Desea mantener su afirmación de que es inocente?
Ahí ya dudé, la verdad. Es que cuando te mira fijamente un cráneo robótico de metal la verdad es que dudas, pero al final decidí seguir por el camino que había tomado.
–Sí, sigo considerándome inocente. Puede que el Fiscal tenga datos precisos de mis fechorías como pirata musical. Pero me vi obligado a ello Su Señoría, me vi obligado. Me gusta mucho la música. Tanto que a veces no respeto ciertas cosas. En mi descargo diré que muchos de los casetes piratas que compré a 300 pesetas en la plaza de Manuel Becerra luego acabé comprándolos en Compact Disc porque me gustaban, aprovechando alguna que otra oferta, eso sí, pero fueron compras totalmente legales. También tuve que hacerlo cuando se me estropeo ése famoso radiocasete de doble pletina del que habla el Señor Fiscal. Entonces toda mi colección de casetos se fue a la mierda, perdón Señoría, a la basura porque ya no encontraba por ningún lado un reproductor. Cosa que me pasó también con el vídeo VHS, por cierto. Total, que toda mi vida he sido de infantería, Su Señoría, de clase media tirando a baja y siempre he andado corto de dinero. Siendo además adicto a los cómics, no podía hacer según qué gastos y por el precio que me costaba un caseto original podía comprarme dos en las mantas que ponían en Manuel Becerra. De hecho, creo recordar que tenían una oferta como en los supermercados y si te llevabas dos casetos te salía a 500 pesetas. Reconozco que también me copié algún que otro Compact Disc de música que me dejaban mis amigos utilizando un computador de Skynet con grabador de discos. De hecho confieso que incluso teníamos un sistema depurado. Quedaba con el amigo en cuestión en qué disco quería de mi colección, se lo grababa, yo le decía el que quería de la suya, el hacía lo mismo y luego los intercambiábamos. Además nos comportábamos como traficantes con preguntas en voz baja como: “¿has traído el bollullo?”. Así conseguí alguna que otra banda sonora que no me podía permitir comprar a su precio. Lo que me gustaría saber es porqué el Señor Fiscal no quiere meterle el cuerno, perdón Su Señoría, acusar a las compañías que vendían radiocasetes de doble pletina o a las que vendían computadoras con grabadores de discos incorporados. Ah, y he de constatar que nunca, nunca, nunca jamás me he descargado una canción de la red Sknyet…
–¡¡Protesto!! –Gritó indignado el Fiscal- Nuestros drones espaciotemporales saben positivamente que se ha descargado una canción de Frank Sinatra que se incluía en la banda sonora de la película “Joker”. De hecho, dijo mirando unos papeles, creo recordar que también se copió un disco de grandes éxitos de ése cantante.
–Frank es de los nuestros, creo que me lo perdonará allí donde esté…
–¡¡Basta!! –gritó el Juez- voy a proceder a dictar sentencia. No me queda otra que declarara al acusado…
Y ahí me desperté. O me rescató mi banda de amazonas piratas musicales espaciotemporales. O me deslicé sin darme cuenta de un mundo alternativo a otro. Lo que ustedes prefieran. Por cierto, pienso negar todo tipo de acusaciones sobre el particular. No quiero acabar cumpliendo condena en la colonia penal de Rura Penthe. Al Juez se le veía cara de ser un trekkie, seguro que iba a mandarme allí… Y lo dicho, no es por justificarme, pero al final, muchos de los casetos piratas que compré en Manuel Becerra en los ochenta acabé comprándomelos. Por ejemplo el “No Rest for the Wicked” de Ozzy Osborne, así que en el fondo aquél caseto con la carátula fotocopiada en blanco y negro sirvió para que acabara comprándome el disco original. Y dejo aquí la prueba gráfica por si me está grabando algún dron espaciotemporal del Señor Fiscal…
Hasta otra, cuídense.
TELLY CHAVALAS fue atrapado finalmente por los drones espaciotemporales del Señor Fiscal y trasladado de nuevo al futuro donde fue condenado a la colonia penal de Rura Penthe (sí, al final el Juez era un trekkie) donde cumplió nueve meses por piratería musical espaciotemporal. Fue rescatado por unas atractivas guerreras que atacaron la colonia en la fecha estelar 23859.7. En la actualidad vive oculto pero si puede encontrarlo a él y a sus amazonas quizá pueda contratarlos…
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