Redlands y la barrita Mars
En 1967, el guitarrista de los Rolling, Keith Richards se mudó a una campiña inglesa llamada ‘’ Redlands’’. No era precisamente para un retiro espiritual. Hizo lo propio y acogió a Mick Jagger y a su novia, al igual que a todas las personas que entraban y salían de aquella juerga continua.
Aquello iba de lujo. El alcohol parecía emanar de las fuentes y la cocaína caía como nieve. Todo muy salvaje durante un tiempo hasta que un día, tras una de esas juergas, la puerta suena como si fuera un cañonazo.
Keith Richards se asomó a la ventana y vio lo que le pareció ser un grupo de enanos disfrazados. No lo eran. Era la policía de Sussex con una orden de registro.
Según los testimonios, la policía puso patas arriba la casa de Keith Richards pasando por encima de todos los presentes que, debido a su estado, estaban todo menos presentes.
La redada acaba en éxito para la policía, ya que encuentran todo tipo de drogas en los bolsillos, bolsos y narices de los invitados. Todo esto deviene en un inevitable arresto colectivo. Pero no es la redada en lo que se centran los periódicos al día siguiente, sino en la extraña situación en la que encontraron a Mick Jagger y a su novia.
La policía los encontró en medio de un extraño juego sexual que incluía una barrita de chocolate Mars.
Aunque esto nunca fue confirmado oficialmente, llamó la atención del público y dio comienzo a la tortuosa relación de los Rolling Stones con la policía.
El caso de Redlands seguiría durante meses en los juzgados de Essex sin llegar a mancillar la reputación de los Rolling ante el público.
Conviene recordar que la mansión de Redlands sufrió dos incendios en 1971 y 1973. El primero fue provocado por el propio Richards cuando cayó dormido con un cigarro encendido. El segundo se dice que fue debido a que un ratón mordisqueó la instalación eléctrica, provocando un cortocircuito.
Fue Marlon, el hijo de Keith, que por aquel entonces tenía cuatro años el que se dio cuenta del segundo incendio que si acabó del todo con la casa.
Daniel
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