Alguien voló sobre el nido de la psicodelia
Vamos a embarcarnos en un viaje mágico con un capitán al mando de lo más curioso. Este señor es un atleta profesional que dedica su tiempo libre a la escritura y a las acrobacias. Mezcla curiosa, sin duda. De las acrobacias poco puedo decir, pero si me interesa el tema de la lectura.
Resulta que nuestro capitán es Kenneth Elton Kesey y fue el autor de ‘’ Alguien voló sobre el nido del cuco ‘’, una de las novelas más influyentes en el panorama estadounidense de los años setenta.
En cierto momento de su vida, se muda a San Francisco a una villa en una verde campiña que acoge a todo tipo de personajes tan curiosos o más que el propio Kenneth. ¿Qué los une a todos?:
El inconformismo y las ganas de crear.
Kenneth se une a estos nuevos inquilinos y hace un viaje de costa a costa para promocionar su nuevo libro ‘’ Sometimes a great notion’’ y conocer a dos de los grandes de la generación beat, Jack Kerouac y Allen Ginsberg, y el gurú de la psicodelia, el profesor Timothy Leary.
Un buen día, uno de estos inquilinos de Kesey, se da cuenta de que está a la venta un viejo school bus Harvester de 1939 y que puede ser el vehículo perfecto para su viaje a Nueva York.
En este caso, del dicho al hecho no hubo un trecho. Adquieren inmediatamente el vehículo y lo pintan con los colores más chillones que se les pudieron ocurrir. Lo vaciaron e instalaron micrófonos y altavoces en el exterior.
En el cristal trasero pegaron una lona que decía ‘’ carga extraña ‘’, mientras que en la parte delantera había otra que decía ‘’ Destino: Más allá ‘’. Esto ya debería decirnos más de lo que necesitamos saber sobre estas personas. Aun así, lo mejor está por llegar.
Estos personajes daban fiestas allá por donde pasaban y a todo el mundo le hacían la siguiente pregunta: ¿Puedes pasar la prueba del ácido?
En todas esas fiestas se distribuyeron dosis gratuitas de LSD para experimentar los efectos en gloriosa compañía.
Los juegos de luces y el rock a todo volumen serían los ingredientes principales para lo que estaría por llegar y los cocineros fueron, ni más ni menos, que los Grateful Dead.
Este grupo acompañó a Kesey y los demás por todo el territorio, lo que les catapultó a ser el grupo principal del movimiento psicodélico.
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