jueves, 23 de junio de 2022

Descubriendo a... Elvis

Elvis y la histeria colectiva
Un chico al que llaman Elvis se sube al escenario del Gator Blow para la que será su presentación al mundo. Catorce mil personas atienden al evento y el resultado parece ser satisfactorio para todo el mundo. Al grito de ‘’ el chico de las patillas largas lo hace genial ‘’, Elvis pasa de desconocido a ídolo de masas. 
Un pequeño detalle a destacar es que, de esas catorce mil personas, la mayoría eran mujeres y, más concretamente adolescentes. Por eso, cuando el concierto termina y Elvis les dice a todas de broma que luego nos vemos en el camerino, las chicas de las primeras filas se lanzan en tropel hacia Elvis. ¿Quién iba a pensar que tanta gente se tomaría en serio esa provocación?
La policía hizo lo propio que es proteger a Elvis y escoltarlo al camerino donde su manager, el coronel Parker está nadando en dinero debido a la ingente taquilla que han hecho. 
Pero el jolgorio aún no ha acabado en llanto. 
Algunas de esas chicas locas por Elvis logran colarse en el camerino colándose por una ventana que dejaron abierta y lo que viene a continuación les sorprenderá.
La multitud se lanza sobre Elvis, rompiendo su cama, su camisa y hasta le quitan el cinturón y los calcetines. De no haber intervenido la policía, os diría que os imaginarais el resto.
Esto provoca un cambio en el panorama musical y a partir de ese momento, la atención al fan se convierte en algo imprescindible de cara a las recaudaciones. Una táctica bastante efectiva que crearía escuela. 
Se dice que un año después de ese concierto, Elvis vuelve para dar tres conciertos y es citado por el juez para que este le advierta que debe llevar una indumentaria casta y que no incite a las revueltas.
Elvis obedece y no hace ninguna de sus típicas insinuaciones. De hecho, ni se cantea en el escenario. Ni siquiera para hacer su famoso movimiento de pelvis. La Elvis pelvis. 
Pero el invento se va al infierno. En cuanto empieza a cantar y a respirar, las fans retoman sus actitudes y el delirio se apodera de nuevo del escenario.


Daniel



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