Nos podemos preguntar qué hace aterrador a un trozo de plástico y metal que no para de hundirse casi cincuenta años después de que se nos presente.
Muchas cosas hacen de ‘’ Tiburón ‘’ algo único e irrepetible, si se me permite. Pero hay algo que traspasa las barreras de la apreciación primaria y que se incrusta en el subconsciente dejando una marca indeleble: La música.
La banda sonora de ‘’ Tiburón ‘’ es el ejemplo perfecto de hacer grande algo que tiene potencial a partir de algo sencillo. Solo hizo falta recordar dos simples notas al piano para que la gente, tras ver la película, se pensara dos veces si meter o no el pie en el agua. Hoy día sigue siendo una mala idea, si alguien me pregunta.
Muchas películas tienen su distintivo musical, pero pocas gozan de un leitmotiv tan poderoso y sencillo como este. Esto no explica que John Williams sea un genio. Explica el tipo de genio que es.
Se puede tener el material más defectuoso del mundo, que este señor lo cogerá y le dará la vuelta para convertirlo en algo de gran valor, aportando al producto una vida muy por encima de sus posibilidades iniciales.
El propio Williams comentó que era una de las películas que más ganas tenía de componer su música debido al tema que trataba y de cómo se estaba desarrollando el proyecto. Algo comprensible y en el presente, hasta evidente. ‘’ Tiburón ‘’ fue el primer Óscar que Williams ganó por una composición suya. Recordemos que el Óscar que le dieron por ‘’ El violinista en el tejado ‘’ era solo por orquestar música de otro compositor. En este caso, Jerry Bock.
Ahora que ya lo sabemos todo de todos, podemos caer en la cuenta de que la relación entre Steven Spielberg y John Williams siempre ha sido tan coloreada de rosa como nos parece ahora, pero la verdad es que era difícil tratar con el Spielberg de aquel entonces. La arrogancia de un veinteañero fue motivo de disputa entre Spielberg y Williams cuando este le presentó la banda sonora. Y por breve que fuera la discrepancia, ahí estuvo presente la desconfianza que Spielberg demostró hacia el mejor compositor de todos los tiempos.
Lo que nos queda es una música imperecedera que ha superado las fronteras de su propio campo. Recuerdo leer en alguna parte que, en Australia, ponen el tema principal por megafonía en las playas para avisar a la gente de que salga del agua. Algo magnífico, la verdad.
Recomiendo echarle una oída independiente a la película, porque no es solo esas dos notas machaconas. La banda sonora tiene un desarrollo aventurero envidiable y todo el rango al que Williams nos tiene acostumbrados. Pero que le dieron el Óscar por esas dos notas, también os lo digo.
Daniel
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