Rosa Chacel publicó su primer libro, “Estación. Ida y vuelta”, en 1930. Noventa años después, el compositor asturiano lanza su primer álbum, de igual título, inspirado en la novela de la escritora vallisoletana. Fascinado por el entusiasmo que la escritora desata con sus palabras, por la forma de expresarse, tan inquietante y experimental; y de gran belleza. Sastre conecta profundamente con ella, cae rendido y surge la pulsión de componer un disco basado en “Estación. Ida y vuelta”.
Tras un laborioso trabajo de casi siete años, el primer trabajo discográfico de Sastre, “Estación. Ida y vuelta”, es una realidad. Reconocido con la nominación a los premios AMAS como mejor Disco otras escenas, fue presentado recientemente dentro del programa del FICX.
“Estación. Ida y vuelta” es un trabajo oscuro y preciosista, aunque también contiene brillo y esperanza, musicalmente, es experimental, narrativo, íntimo y colectivo. El relato sonoro que conforma este disco conceptual sigue la estructura del libro, no busca plasmar literalmente su historia, sino que trata de aunar el desarrollo de la novela con lo que Chacel llama literatura viva, esa amasada en vivencias para encontrar el fondo de vida común con el lector, con el oyente. Todo con la intención de modelar una analogía para música viva y con la intención de transmitir la firme y profunda impresión que generó la obra de Chacel en el compositor asturiano.
La música es original y las letras están compartidas con Chacel, con el consentimiento expreso de sus herederos. Las canciones fueron grabadas en Gijón entre el 2018 y el 2021, cada una con técnicas distintas, en diferentes sitios y con diferentes personas. Así, las canciones tienen una musicalidad particularmente heterogénea, consiguiendo la cohesión en el conjunto a través de la voz profunda, personal y característica de Sastre. “Estación. Ida y vuelta”, fue masterizado en Seattle.
Foto: Daniela Cohen.
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