MÚSICA PARA MARTILLOS CAÍDOS
Bueno, pues ya han llegado los “turistas” a Warhammer 40.000. Y por “turistas” me refiero a gente que descubre algo y al día siguiente ya quiere cambiarlo radicalmente. Yo mismo podría ser calificado de “turista” de Warhammer 40.000 ya que sólo jugué de chaval al juego de mesa llamado “Cruzada Estelar”. He pintado algunas miniaturas de dicho juego y otras que han regalado a lo largo de los años con la revista “White Dwarf” pero nunca he formado un ejército con ellas y me he ido a jugar a una de las tiendas de Games Workshop. Me habría gustado, pero al final no lo he hecho. Lo que sí he hecho es leerme todos los libros que he podido sobre el universo publicados en la Black Library. Así que algo de la franquicia conozco. No tanto como un jugador experto, pero algo sí. He disfrutado mucho de ella y que ahora venga gente con ideas tan innovadoras y geniales como añadir romances a los libros sobre Warhammer 40.000 porque tienen mucha guerra y muchos tiros pues me provoca la risa floja, la verdad. Para pensar eso no hay que ser xeno, hereje o mutante. Más bien hay que ser “mutonto”. Si quieres romance lee a Corín Tellado o Jane Austen pero no vengas a estropear algo que ya tiene su propia historia y propiedades. Claro que la propia editorial del juego no ha tenido ningún escrúpulo en empezar a estropear dicha historia con tal de que una productora les haga una serie de televisión. Y claro, cuando los seguidores de toda la vida, ya saben, esos a los que siempre se les acaba llamando “tóxicos” se han quejado pues se han convertido de un día para otro en “machistas”, “racistas” y cualquier otro “-ista” que se les ocurra a los inquisidores de turno que pululan por los medios de comunicación. Si unos personajes, desde el comienzo de la franquicia eran hombres no deberías cambiarlos por mujeres cuando te conviene. Y sobre todo no deberías mentir a tu clientela fiel diciendo que eso siempre ha sido así. La movida ha provocado el cabreo incluso de mujeres casadas y con hijos muy aficionadas al juego y a las que, como es normal, no les gusta que les mientan y les insulten. Y mucho menos deberías hacer público un comunicado en el que les enseñas la puerta a los descontentos tildándolos de intolerantes. Eso ya lo he visto en otras franquicias. En Star Wars, en Marvel, en DC y en muchas otras. Y siempre termina igual. Los fans de toda la vida, los que ponen dinero y llevan años coleccionando el material con ilusión cogen y se van. Y ya no vuelven porque les has roto esa ilusión. Y su dinero tampoco vuelve. Por mucha financiación que tenga la franquicia de empresas con objetivos torticeros si se va la clientela fija al final el negocio no tiene mucho futuro. Porque los “turistas” no se gastan dinero. Por eso son “turistas”.
Pero bueno, yo aquí venía a hablar de música y he terminado yéndome por los cerros de Cadia. Esta semana puede que les traiga un disco que ya les he recomendado anteriormente “Sign of the Hammer” de Manowar pero como versa sobre martillos venía a cuento. La primera versión del mismo la tuve en cinta de casete allá por los años ochenta y disfruté mucho de ella mientras leía los cómics de “Thor el poderoso” de Walt Simonson, Tom DeFalco y Ron Frenz de los que seguro también les he hablado ya. Thor, otro personaje defenestrado por el maligno Hollywood y convertido en un cacho de carne para provocar los bajos instintos del público femenino y parte del masculino. Un noble guerrero convertido en un pelele sin cerebro. Así es como ven en realidad los cómics en Hollywood, sin una pizca de respeto. Y por eso hacen las mierdas que hacen.
Vale, ahora me he ido por los cerros de Asgard. Volviendo al disco, es el cuarto que publicó la banda y apareció en el mercado en el ucrónico año de 1984. La revista “Rock Hard” lo incluyó en la lista de “Los 500 Mejores Álbumes de Rock y Metal de Todos los Tiempos” otorgándole el puesto 418. Las canciones que más me gustan son “The Oath”, “All Men Play on Ten”, “Mountains”, “Animals” y la que da título al álbum “Sign of the Hammer”. Lo cierto es que compré la cinta porque me había gustado mucho el “Kings of Metal”. Además una de las canciones estaba dedicada a Thor y claro, como yo estaba disfrutando mucho de los mencionados cómics pues la cosa estaba hecha. La canción titulada “Thor (The Powerhead)” fue versionada por el grupo de metal sinfónico Therion en su álbum titulado “Crowning of Atlantis”. ¿Ven? A mí ahora me interesa más buscar ése disco de Therion que darle dinero a los de Games Workshop por uno de sus nuevos libros. Si es caso, ya los compraré de segunda mano y cuando los vea baratos. Mi dinero se va a otro sitio que me convenga más. Uno en el que no me insulten a ser posible. Será por martillos… Ea, no olviden supervitaminarse y mineralizarse. Y tengan cuidado con los “mutontos”.
TELLY CHAVALAS
No hay comentarios:
Publicar un comentario